Tres meses de baja para el pescador agredido en Malpica

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

A CORUÑA

Jose Manuel Casal

Solicitó en su denuncia «orden de alejamiento» contra cuatro personas, vecinas de Carballo

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres meses de baja laboral. Ese es el informe médico que maneja J. I. M. S., de 33 años y vecino de A Coruña, que fue, supuestamente, apaleado por un grupo de personas, residentes en Carballo, en el puerto de Malpica sobre las 21.30 horas el pasado día 9 en la zona del martillo, según la denuncia presentada ante la Policía Nacional.

El informe indica que sufre lesión en una vértebra, contusiones y golpes por toda la pierna derecha, sobre todo a la altura del tobillo y la rodilla, lesión en la cadera y fuerte dolor en el cuello como consecuencia «de haber sido agarrado por el cuello, después de recibir innumerables patadas», esgrimió el denunciante, que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a las represalias. Este parte de baja incluye «trastorno postraumático», dificultad para conciliar el sueño, y tiene pendiente una revisión médica porque le resulta complicado tragar alimento sólido.

De forma paralela, el denunciante ha solicitado «una orden de alejamiento» contra cuatro personas, a las que señala en la denuncia, como presuntas autoras de la paliza: «Recuerdo que fueron cuatro las que me golpearon y dieron patadas y son contra las que reclamo esta orden, y aunque no estoy seguro, es por lo que me dijeron algunos testigos, habría una quinta participante en la agresión». Hasta que no se resuelva si se acepta esta petición no piensa regresar al puerto de Malpica: «Tengo familia, un trabajo y una vida. Tengo miedo a que si vuelvo a pescar allí, aunque sea a otra zona, vengan y me tiren al mar», apuntó. Según él, (y lo argumenta con las correspondientes liquidaciones de la Agencia Tributaria) tiene su actividad de venta de poteras dada de alta. Insistió en que paga 3,73 euros al año por la licencia de pesca de la Xunta y otros 15 adicionales por la de la federación. 

Práctica común

Numerosos usuarios apuntaron a través de las redes sociales que la venta ilegal de calamar y chipirón, así como de poteras, es algo residual en la Costa da Morte, y que la mayoría de los que van a pescar a los puertos, (una actividad ilegal, al igual que bañarse) lo hacen con fines deportivos y no lucrativos. Sin embargo, muchos admiten que se trata de una práctica común y los hay que reconocen que de vez en cuando venden «dúas luras» a bares y restaurantes. Así lo aseguró ayer un experto pescador deportivo de la Costa da Morte.

Un armador de Malpica acusó a algunos de estos aficionados de ser verdaderos «depredadores» y considera que Portos de Galicia debería adoptar medias al respecto.