El Chuac explora nuevas técnicas para rebajar las esperas en cirugía cardíaca

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

C. Quian

Recurre a válvulas sin sutura para resolver la patología del 80 % de los pacientes en lista

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El servicio de cirugía cardíaca del Chuac se propone seguir rebajando la lista de espera hasta alcanzar las cifras que consideran óptimas: que no más de 90 personas estén pendientes de pasar por el quirófano, y con tiempos por debajo de los límites normativos. Para ello, los ocho cirujanos, que el último año operaron a 1.024 enfermos, «estamos a un ritmo de intervenciones, mañana y tarde, más alto que nunca», subraya el responsable, José Cuenca. «Nuestro gran reto es que tenemos pacientes muy mayores, más complejos y que requieren más tiempo de hospitalización en críticos». El hándicap, pues, es «optimizar el tiempo quirúrgico y las estancias en la uci».

Por los últimos datos publicados, marzo se cerró con 212 pacientes en espera de 12 días en prioridad I (el límite son 30) y de 83 en prioridad II (el tope son 180). «Hay que tener en cuenta que el 50 % de nuestros enfermos se operan en cuanto llegan, no van a lista», subraya.

Para rebajar las demoras, exploran técnicas para simplificar el abordaje de casos frecuentes, como las estenosis aórtica, con cirugía mínima invasiva. «Estamos utilizando válvulas sin sutura, que son cirugías más rápidas por orificios muy pequeños», explica. Con población de mayor riesgo y patología más compleja, la clave es «operar más no solo por rendimiento, sino para que las estancias sean más cortas, sobre todo en unidad de críticos: tienen que ser cirugías menos agresivas, más cortas», y más si se tiene en cuenta que la edad media de los enfermos que necesitan un recambio valvular «es de 75 años y no menos de medio centenar superan los 80». Se trata, además, de una patología que «de cara a la población es la más importante en términos cuantitativos», valora, ya que se practican unas 200 al año, constituye la mitad de la actividad semanal, y, además, el recambio valvular aórtico es la intervención que necesitan el 80 % de las personas en lista de espera. De ahí el interés por perfeccionar la cirugía con las nuevas válvulas.

A ello se suma, explica Cuenca, que son prótesis que no solo reducen a la mitad el tiempo de la operación, sino también «el tiempo en el que el corazón tiene que estar parado (de 20 a 25 minutos frente a 50 con las convencionales) y, por tanto, el del que el paciente tiene que estar conectado a la máquina corazón-pulmón o de circulación extracorpórea (pasa de 70 minutos a 30-35). Además, «al no dar puntos la válvula se puede liberar sin tener que abrir por completo el esternón con una incisión de 15 centímetros», describe. El corte «es la tercera parte, el paciente está más estable, tiene menos dolor, respira mejor, y está menos tiempo en la uci, que es el cuello de botella, y en el hospital».

En la práctica, este sistema «nos permite hacer dos intervenciones en un quirófano en la mañana, nuestra eficiencia y resolución es mucho mayor», subraya. El leve descenso del último año (15 casos menos) se debió a que «operamos otro tipo de paciente y cada vez tenemos más reintervenciones de enfermos, que son más complejos». En todo caso, se trata de «buscar el equilibrio, y hacer mucho más con la misma infraestructura, las mismas camas de críticos, quirófanos y cirujanos que hace diez años, cuando las cirugías mayores eran 150 menos».

Junto a estos casos, otra patología importante en número, que suele afectar a personas de 60 a 64 años, es la coronaria, que obliga a pasar por quirófano a otros 200 pacientes al año. «Sobre todo el baipás autocoronario, la cirugía típica de la angina de pecho, el infarto, cuando no se puede tratar solo con hemodinámica y estents», explica. También detecta cirugía cardíaca un incremento de enfermos que necesitan no una sustitución, sino una reparación valvular. «Suele ser el paciente más joven después del de cardiopatía congénitas, por debajo de 50 años». El año pasado, realizaron 60 reparaciones de válvula mitral y 15 de aórtica.

1.024

Operaciones

En el 2016, 200 de recambio valvular y 200 coronarias.

212

Pendientes

Enfermos en lista, 12 días de media los más graves.

4 %

Mortalidad

La media en cualquier tipo de cirugía es del 3,5 %.

Un centenar de operaciones infantiles y 30 trasplantes

De las 1.024 operaciones cardíacas realizadas en el Chuac el año pasado, 95 fueron a niños, ya que es el único centro de Galicia con equipo quirúrgico para la población infantil. De estos pequeños, muchos neonatos, 65 se clasificaron como casos de cirugía mayor. El número ha descendido ligeramente, en relación con la caída de la natalidad. Los dos cirujanos pediátricos, que hace apenas un mes operaron con éxito a un niño de dos años con el corazón al revés, se encargan también de las intervenciones que a lo largo de la vida, e independientemente de su edad, necesitan los nacidos con cardiopatías congénitas. En el último año, fueron 30 casos en adultos.

La actividad del servicio de cirugía cardíaca se completa además con el otro programa exclusivo en Galicia, el trasplante y la asistencia ventricular o corazón artificial. El año pasado se implantaron 29 corazones, una de las cifras más altas en toda España, y además con la mortalidad más baja de todo el país, el 9 %, y desde la puesta en marcha de los dispositivos mecánicos han colocado seis corazones de titanio.

Del global quirúrgico, Cuenca destaca además los resultados, que «están ajustados a las escalas europeas, es decir, es la esperada con arreglo a las características de riesgo de los pacientes». La mortalidad fue del 4 %, «al nivel de cualquier centro internacional», recalca, aunque por intervenciones fue del 1,6 % en baipás coronario, «muy por debajo de lo previsible, al igual que en recambio valvular, que se situó en el 2,6 %». Hay que tener en cuenta, apunta, que «el 3,5 % es la mortalidad global de cualquier paciente que entra en un quirófano, sea o no de cirugía cardíaca».