«La gente que irá al proyecto Micasita no es para nada conflictiva, lo aseguro»

Javier Becerra
Javier becerra A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

César quian

Cree que los vecinos no están bien informados y defiende que se trata de un proyecto social que deberían acoger

22 abr 2017 . Actualizado a las 19:11 h.

El pasado martes Diego Utrera (Puerto de Santa María, 1950) no pudo explicar a los vecinos de Eirís el proyecto Micasita promovido por el Hogar de Sor Eusebia y que, en principio, se erigirá en el parque del barrio. La actitud de una parte de los asistentes, abucheándolo, lo impidió. Ahora espera que la situación cambie en la próxima asamblea. Para él resulta fundamental «informar del contenido para desdramatizar, desmontar ideas preconcebidas y aportar tranquilidad».

-¿Para quién es este proyecto?

-Se ha hecho un censo de gente que vive en la calle y hay entre 20 y 30 personas que lo hacen de manera permanente. Esa es la población diana. La idea es construir 20 soluciones habitacionales, que no son realmente viviendas. Se ofrece esencialmente un techo para ganar una cierta calidad de vida y tener seguridad. Hay casos en los se les ha agredido e incluso le han querido prender fuego. Una barbaridad.

-¿Habrá control?

-Sí, al lado de las casitas habrá un pabellón de servicio con gente las 24 horas que ejercerá ese control. Allí habrá trabajadoras sociales que diseñarán unos planes individualizados de inserción.

-¿Qué impacto social prevé que tendrá eso en el barrio?

-El impacto social no va a existir como tal. Tenemos la experiencia de Padre Rubinos, por ejemplo. Muchísimas personas van a comer al albergue cada día y no existe el menor problema. La gente dice: «Es que voy a ir al hospital y me van a robar». No es cierto. Se puede preguntar en comisaría cuántos de los que están ahora durmiendo en la calle han cometido algún tipo de delito. Ninguno. Ni robos, ni violación, ni secuestro. Nada. La gente que irá al proyecto Micasita no es para nada conflictiva, lo aseguro. No se meten con nadie. Ya no por bondad, sino porque han perdido la capacidad de relacionarse. No lo hacen ni entre ellos.

-Habla de «solución habitacional». ¿Qué quiere decir con eso?

-Va a tener una cama, una mesilla de noche, un armario, un lavado y un inodoro. Se pretende una cierta precariedad para que ellos no se sientan demasiado desfasados. Pero también para que el resto de las necesidades que tengan les haga visitar el pabellón. Allí podrán tomar algo caliente por la mañana y noche. Tendrán lavandería y duchas. Si se le da todo en la casa, fomentaría el existencialismo y la pasividad.

-¿Qué perfil es el sin techo?

-Hombre y de unos 40 años. Dedican la jornada a sobrevivir. Acuden a comedores sociales y piden para comer y también para el alcohol. Lo hacen a título individual e, insisto en ello, carecen de conflictividad.

-¿Qué piensa de las declaraciones de la concejala, en las que abre la puerta a que no se haga el proyecto en el parque si no hay respaldo social?

-Es lo que siempre dijo y lo reconocemos como tal. Es lógico que no se pueda hacer un proyecto en un sitio si hay una oposición frontal de los vecinos. Pero yo creo que la oposición tiene que ser suficientemente representativa de los habitantes del barrio y estar argumentada. Esos criterios no se han dado. En la asamblea había 250 personas y en el barrio viven 20.000. Nosotros iremos el martes. La concejala tendrá que valorar si los argumentos son de peso o no.

-¿Teme que no se haga en Eirís?

-No nos lo hemos planteado. Tenemos el apoyo de la concejala, el alcalde y el Ayuntamiento. Si no pudiera ser ahí, habría que buscar otro lado. Pero hay que tener en cuenta que si los motivos para no hacerlo en Eirís con irracionales, lo serán en cualquier otro sitio.

-¿Por qué les gusta esta parcela concretamente?

-Porque la integración social hay que hacerla en un medio social, no en el campo. Son personas, no vacas. Tiene que ser en un medio urbano. Desde ese punto de vista, la parcela es fantástica.