El presidente gallego presenta al autor de «Todas las vidas de Madame Bovary» como «un escritor para lectores libres»
14 mar 2017 . Actualizado a las 13:36 h.Xosé Carlos Caneiro (Verín, 1963) llevó ayer a Madrid Todas las vidas de Madame Bovary (Editorial Doña Tecla) y dejó un ideario literario en el que hizo prevalecer el pulso ambicioso de autor con voz propia. El acto, celebrado en la Casa de Galicia, contó con la presentación de Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta, con la intervención también de José Ramón Ónega, presidente de la entidad, y Gema Lendoiro, directora del sello. Ónega ensalzó la novela como «una de las más importantes escritas en gallego», y que ahora aparece en castellano. También Lendoiro celebró «la oportunidad de editar ahora en castellano a un gran escritor gallego».
Feijoo elogió a Caneiro en todas sus vertientes, pero quiso destacar tanto su valía literaria como su aportación en el contexto cultural de España y Galicia. Y lo hizo desde una posición que asoció a la valentía, casi osadía, de Caneiro. Por eso dijo Feijoo sentirse a gusto al presentar «a un escritor que se define como conservador, católico, políticamente incorrecto y provinciano», enumeró. «Algo que en los tiempos que corren, por menos motivos, le puede condenar a uno al ostracismo», añadió, en referencia a un sectarismo cultural que fue denunciado también en varios momentos de la velada. Defendió además la riqueza idiomática de Galicia sin renunciar a ninguna de las opciones que ofrece tener dos lenguas, y consideró la actitud del autor «como algo que valoran los lectores libres», dijo.
Además de resaltar, casi como afortunada paradoja, la importancia literaria de un país de tres millones de habitantes, «como riqueza fecunda y expansiva», matizó Feijoo, en lo concreto de la obra de Caneiro afirmó que «a este escritor de provincias, al igual que a Flaubert, por sus obras le conoceréis». Así, añadió, «es una buena prueba de que el provincianismo no estorba», insistió.
Caneiro aseguró sentirse «emocionado» por las palabras de Feijoo. «Qué cosas se pueden decir de mí en Madrid», comentó al inicio. Elogios que, en parte, aseguró, le permiten encajar piezas de su apuesta o actitud literarias: «Con palabras así puede que la soledad y la independencia no sean tan malas en una cultura que yo digo que está secuestrada», deploró.
Además, destacó a los autores gallegos, se definió como gallego y español, o al revés, fan de Cela varias veces, y muy de Julio Camba. «Tenemos un Nobel. Cosa que los que presumen de nacionalidad y nacionalismos no pueden presumir. ¿Se imaginan que los catalanes tuvieran un premio Nobel?», concluyó.