Un joven de etnia gitana fue condenado a un año de prisión como autor de un delito de robo con intimidación. Los hechos por los que fue procesado se remontan al 3 de octubre del 2014. Sobre las 10 de la mañana de aquel día, el acusado, con numerosos antecedentes penales, se presentó en el supermercado Froiz de la ronda de Outeiro. El joven se acercó a la caja y dijo esto a gritos: «Soy el hijo del patriarca». Luego prosiguió. Explicó a los presentes que llevaba una pistola encima y que si no le entregaban el dinero que había en aquellos momentos en las cajas registradoras, empezaría a tiros con todo el mundo. Trataron de calmarlo los trabajadores, que le apreciaron claros síntomas de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Como no le entregaban dinero, el procesado comenzó a golpear la caja. Una de las empleadas le entregó entonces un euro y el delincuente desapareció.
El joven ladrón fue detenido minutos después en una zona próxima al establecimiento, entregándose sin ofrecer resistencia. Pese al escaso botín, cometió un delito de robo con violencia o intimidación castigado con pena de cárcel que va de uno a cinco años. Al procesado le impusieron uno solo.