El sector cultural gallego denuncia en Bruselas su marginación y precariedad

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

A CORUÑA

Consideran que a los recortes presupuestarios del Gobierno de la Xunta en los últimos cuatro años se suma la dejadez institucional en el fomento de actividades como la lectura

09 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La cultura gallega sobrevive. Mantiene el pulso -a duras penas, eso sí-, a pesar de los recortes presupuestarios y el olvido institucional. «Por esquecemento, por ignorancia ou por desinterese, a nosa cultura está a ser agredida», denunció estos días la poeta y escritora Chus Pato durante las jornadas de reivindicación organizadas por Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) en el Parlamento Europeo. «O idioma galego, que foi obxecto de persecucións e illamentos históricos, vive hoxe tamén na ameaza», alertó el portavoz de la Asociación Galega de Editoras, Henrique Alvarellos. 

Hasta Bruselas llegaron las quejas de los 65 representantes del sector. El «asedio» que sufre el idioma y la precariedad a la que se ven abocados más de la mitad de los profesionales de la cultura en Galicia es un tema de honda preocupación. A los recortes presupuestarios del Gobierno de la Xunta en los últimos cuatro años se suma la dejadez institucional en el fomento de actividades tan esenciales como la lectura. Y eso que la mitad de los gallegos aseguran no leer nunca. «Debemos conformar unha sociedade cuxa saúde non se mida somentes a través de criterios médico-sanitarios, senón tamén pola súa cultura [...] Sen a lectura, sen a nosa cultura, nin individual nin colectivamente seremos algo», aseguró Alvarellos, quien hizo una encendida defensa del sector, no solo por su incuestionable valor inmaterial, también por su valor estratégico para la economía.

Según el Instituto Galego de Estatística (IGE) el sector cultural gallego representa el 2 % del PIB de la comunidad y el 3 % del empleo. Unas cifras próximas a otros sectores como la pesca (2.1 % PIB y 2.9 % del empleo). 

A pesar del significativo peso que tiene, cuenta con un apoyo nimio. El panorama del sector editorial es especialmente crítico. Su influencia mengua de año en año. Durante los años de la crisis (2008-2015) la publicación de libros en gallego se desplomó un 43.8 %. Las bibliotecas han sufrido con virulencia las tijeras de la Xunta que desde el 2008 ha recortado un 80% del presupuesto dedicado a dotar de libros a estos espacios públicos. Alvarellos recordó que la Lei do Libro del año 2007 está «practicamente sen desenvolver» y tan solo el 17 % del mercado del libro en Galicia se corresponde con títulos en gallego. «Na lectura, na lectura en galego, hai un enorme camiño por percorrer», concluye.