Cuando éramos los mejores

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

25 oct 2016 . Actualizado a las 17:24 h.

Hay años en que uno está para todo y otros, en cambio, en que uno no está para nada. Hay temporadas en que uno está para lo que sea, para ganar la Liga, la Copa del Rey, la Supercopa, el Teresa Herrera, incluso para llegar a semifinales de la Champions o para mojarle la oreja al mismísimo Madrid en el Bernabéu el día de su centenario, con los fuegos artificiales a punto de volar sobre la tribuna.

Fran recogiendo la Copa del Rey en el 2002 tras vencer el Deportivo al Real Madrid
Fran recogiendo la Copa del Rey en el 2002 tras vencer el Deportivo al Real Madrid CESAR QUIAN

Y hay otras temporadas en que uno sencillamente no está ni se le espera. Está solo para pagar las facturas e implorar el milagro a Lourdes: Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy. Esta temporada va de eso. De refugiarse en la aldea, encender la lareira y leer un libro justo a la hora del partido, con la radio y la tele apagadas y el móvil en modo avión, para no saber nada de lo que pase de aquí a junio.

Porque visto lo del domingo en Balaídos, aspirar, lo que se dice aspirar, en Riazor este año ya solo podemos aspirar el viento salado del Atlántico que llega al estadio desde la playa. Esa inhalación marítima y la degustación parsimoniosa de un habano largo de algún aficionado con posibles va a ser esta temporada nuestra máxima aspiración.

Menos mal que el aficionado del Dépor tiene ya muchas muescas en el alma. A sufrir, como dijo alguien, no nos gana nadie. Ni siquiera los del Atleti, que se quejan mucho pero hace tiempo que no sufren como nosotros, caminando sobre la cuerda floja. Y justo por eso, porque veía venir la hecatombe en Balaídos, el deportivista aprovechó la semana para sacar chispa a la venta del Celta a unos empresarios chinos. Entre los memes del celtismo made in China y el yate de 260 millones que un millonario ruso amarró en el muelle de Calvo Sotelo fueron pasando los días. Alguno hasta resucitó los chistes de rusos de Eugenio, mucho ruso en Rusia y así, y otros se fueron a Balaídos ataviados con un gorro chino, lo cual luego les vino muy bien para parapetarse frente al chaparrón de goles. Los chinos y los rusos dieron mucho juego esta semana, todo el juego que luego no dio el Dépor en o noso derbi, donde Garitano sacó al equipo a encajar goles a porta gayola.

Lo mejor del derbi, además de los memes previos al encuentro, fue el horario, porque aunque hubo que madrugar para ver el fútbol, lo bueno es que a las dos y media, con la sesión vermú en plena ebullición, en A Coruña ya todos nos habíamos olvidado del 4-1 y estábamos a otra cosa. Algún nostálgico aprovechó el aperitivo para lamerse las heridas repitiendo en el móvil los chicharros del Turu, aquel 0-5 para enmarcar y el gol de Djalminha al Celta, El Gol, en fin, todo aquello que pasó cuando éramos los mejores. Siempre nos quedarán los chinos y YouTube.