Langosteira afronta el reto del traslado al 100 % de capacidad

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Puede acoger petroleros de 340 metros que antes iban a Bilbao

22 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya han pasado cuatro años de la primera operación del puerto exterior. El gigantesco muelle dio servicio entonces al granelero Hammonia Korsika, que llenó sus bodegas con 35.000 toneladas de clínker destinadas a Brasil. Desde entonces y hasta nuestros días, Langosteira no ha parado de crecer. Tanto, que a día de hoy está ya preparado para asumir al cien por ciento las previsiones de Repsol. De hecho, el tráfico de coque de esta compañía en las nuevas instalaciones es en la actualidad del 85 %.

Un crecimiento «que mantendrá un ritmo creciente y se disparará cuando, a partir del 2018, las operaciones de carga y descarga de petróleo y de sus derivados se harán en estas nuevas instalaciones», según aseguró hace algunas semanas el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada.

En un puerto en el que se llevan realizadas 250 operaciones con un volumen total de 2,7 millones de toneladas, se espera alcanzar al finalizar este ejercicio los 3 millones. Este año, el tráfico acumulado asciende a 330.000 toneladas, de las cuales 290.000 pasaron por el puerto exterior y solo 40.000 por los muelles urbanos.

Repsol puede operar en Langosteira porque ya tiene la infraestructura necesaria para ello. Una parte la aportó la empresa y otra es de financiación pública, porque su uso no será exclusivo para la petrolera y servirá también para futuros operadores.

Galería de graneles

La actuación más importante fue la construcción de la denominada galería de graneles líquidos, un pórtico de hormigón de más de un kilómetro de longitud que protegerá de las olas que puedan rebasar el dique y las canalizaciones entre los pantalanes petroleros y las estaciones de bombeo y depósitos en tierra.

Esa galería supuso un desembolso de 20 millones de euros y estará completamente rematada en diciembre tras algo más de un año de obras. Lo que sí está listo es el nuevo muelle de 300 metros en las instalaciones y que permitirá a Repsol, por ejemplo, el desembarco de los graneles sólidos que trasladará en enero a Langosteira.

Ya el año pasado la empresa dio un primer paso para desviar su actividad a Langosteira descargando allí desde entonces la mayor parte del coque verde, uno de los tres graneles sólidos que emplea la compañía. En enero, esos tráficos serán íntegramente derivados al puerto exterior. Se trata del segundo paso dado por la empresa en ese traslado de actividad que culminará con la llegada de los grandes petroleros a Langosteira cuando se completen el nuevo poliducto y las instalaciones auxiliares necesarias.

También los prácticos o los remolcadores están preparados. Todos los meses se reúnen con Repsol para afrontar la mudanza de la compañía.

Ya solo el traslado de todos los graneles sólidos supondrá que dejarán los muelles interiores coruñeses cerca de un centenar de buques mercantes al año.