El nuevo oleoducto eliminará el 40 % del líquido que atraviesa la ciudad

La Voz

A CORUÑA

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El traslado de Repsol a Langosteira se pactó en el 2013 y desde entonces y hasta ahora esa decisión pasó por una larga fase de tramitación que llega a su final con la exposición pública de todo el proyecto durante los últimos días. No supondrá la desaparición total e inmediata de Repsol de los muelles interiores, pero sí un primer paso importante que deja listo el camino para la mudanza definitiva.

Las obras

Ochenta millones. Solo la construcción del nuevo poliducto de 3,8 kilómetros entre el puerto exterior y la refinería supondrá para la empresa una inversión de 80 millones. A eso hay que sumarle los 36,5 millones del pantalán petrolero y otros 8 de modificaciones en la actual refinería. En total, 124,5 millones presupuestados.

Qué desaparecerá

Adiós al crudo. Según el acuerdo alcanzado en su día entre la Autoridad Portuaria y la empresa, lo que se irá del subsuelo de la ciudad será el tráfico de petróleo. Eso supone en torno al 40 % del total de graneles líquidos que mueve Repsol. La empresa desembarca esa sustancia en San Diego y la envía por la red de tuberías que discurre bajo la ciudad hasta la refinería. Además del petróleo, circulan también otros combustibles y elementos que se embarcan y desembarcan en los muelles interiores. Estos últimos seguirán pasando por esos tubos, aunque no el crudo, que también implicará la desaparición de los grandes petroleros de la ría evitando un peligro potencial.

Planes de futuro

Toda la actividad. La desaparición del crudo no acabará con la actividad de Repsol en San Diego. La empresa tiene una concesión de 30.000 metros cuadrados en Langosteira para empezar a operar allí, pero ha reservado otros 285.000 para futuras ampliaciones. Además, el nuevo poliducto lleva dos grandes tuberías por las que circulará el crudo, pero también nueve canalizaciones más por las que podrán pasar en su día el resto de los graneles líquidos que emplea la empresa. Para ese traslado definitivo, con la consiguiente liberación de superficie en San Diego, todavía no hay fecha, pero al menos sí está la infraestructura para que esa mudanza total se pueda producir. No se pueden fijar fechas todavía porque no está en la agenda de ninguna Administración completar ahora ese paso. Lo que toca primero es empezar con las obras para la primera fase. Después sí se podrá hablar del resto.

Relevancia

El principal operador. Repsol es el principal cliente de la Autoridad Portuaria y sus movimientos suponen casi la mitad de todos los que se producen en los muelles. La empresa traslada unos 8 millones al año de productos y genera cientos de empleos. Durante la fase de obras que comenzarán en breve está previsto que se creen hasta un máximo de 280 nuevos puestos de trabajo en la ciudad.