Salvar vidas siguiendo el ritmo de la célebre «Stayin? alive»

La Voz

A CORUÑA

18 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es fundamental concienciar a todo el mundo de la importancia de hacer el masaje cardíaco precozmente y rápidamente», repitió ayer una y otra vez Mosteiro a quienes se acercaron a practicar la RCP con los maniquíes clínicos colocados a la entrada del Chuac. Allí, los profesionales que se sumaron a esta iniciativa de sensibilización dejaron claro los pasos clave para reconocer y prestar los primeros auxilios. Lo primero ante una aparente parada es realizar la maniobra frente-mentón, es decir, estirar el cuello del afectado para que la lengua no obstruya la vía aérea. Si no respira, hay que llamar al 112 e iniciar el masaje cardíaco, comprimir el tórax con las manos cruzadas una sobre otra en la parte inferior del esternón, más o menos en el centro del pecho, hasta que se hunda unos cinco o seis centímetros. Debe hacerse además al ritmo de 100-110 compresiones por minuto, es decir, unas tres veces cada dos segundos. Aportaron los médicos-profesores además una fórmula más sencilla para dar con la cadencia adecuada: seguir el ritmo de la célebre canción de los Bee Gees, de título muy apropiado para la ocasión: Stayin’ alive (Seguir vivo).

 Lo idóneo, además, es que cada 30 compresiones se hagan dos ventilaciones, el boca a boca. Tapándole la nariz y con el cuello estirado, hay que insuflarle aire un segundo, ver que se eleva el tórax y cuando se vacía, la segunda ventilación. Y todo esto hay que hacerlo sin parar hasta que el paciente reaccione y empiece a moverse, o bien hasta que llegue la ayuda médica.