«Podría decirse que ya superamos la época de vacas flacas», dice el presidente de los comerciantes del área Obelisco, Antonio Amor
26 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«El panorama en la calle Real sigue y seguirá mejorando», explica tajantemente el presidente de la asociación de comerciantes del área Obelisco, Antonio Amor. Actualmente, más de diez locales de la mítica vía cuelgan los carteles de «se vende» o «se alquila», aunque hace un par de años, «la situación era peor, podría decirse que ya superamos la época de vacas flacas», comenta Antonio. Tal y como señala el presidente, «hay establecimientos que nunca estarán alquilados porque sus propietarios no están interesados», sentencia.
Los nuevos fichajes de la vía
A los cierres hay que añadir, sin embargo, algunas aperturas. En junio, por ejemplo, abrió la cafetería Real nº 51. Su responsable, Tino Fernández, reconoce que «se esperaban unos resultados mejores, aunque no podemos quejarnos», dice. El precio de los alquileres sigue siendo, para los interesados en esta área comercial, uno de los grandes obstáculos. «Pago de alquiler más de 2.500 euros», señala Tino.
En julio abrió también Nikis Galicia Style. Allí, una de las vendedoras, Elena Cortés, señala los buenos resultados que esta marca obtuvo en el mes de agosto. «En septiembre hubo un bajón, pero dentro de poco ya empieza a venir gente para comprar los regalos de navidad», explica la dependienta.
Otra de las grandes apuestas, y también una de las más innovadoras fue O graneiro de Amelia, un establecimiento que vende especias a granel. Hasta ahora, según explica el responsable de la zona coruñesa, Edgar Ramírez, «los resultados han sido positivos». Según cuenta, los establecimientos del tejido comercial les benefician, aunque ellos han conseguido también un efecto positivo para el resto de locales: «Nos han felicitado dueños de negocios porque, como atraemos a un tipo diferente de clientes, ellos también consiguen público nuevo», presume orgulloso.
De vuelta a los orígenes
Con todo, la calle Real mantiene aún la esencia de sus primeros años, y en la mítica vía, aún quedan varios establecimientos que superan, con creces, el medio siglo de vida. Otros, como la Famarcia Villar, rebasan de lejos esa cifra. Seis generaciones de farmacéuticos pasaron ya por el establecimiento. Ahora, son Ricardo y Montserrat Díaz Ferrer los encargados de mantener la tradición farmacéutica. Según señala Ricardo, «el comercio se estabilizó con respecto a los últimos años. La situación mejoró», comenta. Razón no le falta, frente al mostrador, decenas de clientes esperan pacientemente a que el farmacéutico de toda la vida les atienda.
El último de los cierres es el de la tienda Foscos, que tiene colgado en su cristalera el letrero de "Liquidación por cierre". Una de las empleadas no duda en mostrar su malestar ante la situación: «Le echamos horas y ahora nos vamos a la calle», cuenta. Algunos locales han tenido que cerrar, pero según comenta Antonio Amor, «la calle Real siempre estuvo y estará ahí», sentencia.