El espejo mudo

José Pablo Abeal ECONOMISTA

A CORUÑA

01 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las leyendas, reales o no, quieren contarnos algo. Son historias hechas para enseñar. Una semilla que algún día germinará y nos abrirá el entendimiento. Nuestra ciudad nació leyenda y luego se humanizó. Pero no siempre es así. Zara fue creada por el hombre, pero se ha convertido en leyenda. Y hoy es noticia, porque abre una nueva tienda en la ciudad. Un paso más en el camino. El día a día de muchos años. Desarrolla su negocio con discreción y se preocupa de hacerlo bien. Y esto lleva mucho tiempo repercutiendo positivamente tanto en su rentabilidad como en las personas que directa o indirectamente se relacionan con su actividad.

Esta nueva macrotienda centra los focos de la actualidad. Emergen los comentarios sobre la riqueza que genera y las famosas sinergias fluyen por todas partes. El orgullo comunitario se desborda. Sin embargo, más allá de la luz mediática, surge la reflexión y las preguntas. Un conjunto transformado en escaparate, que muestra una forma de trabajar a empresarios por necesidad o devoción, comerciantes o asociaciones, entre otros, e incluso a la administración pública. La historia de un proceso constante de evolución y adaptación creativa, innovación y superación de las dificultades. El observador inquieto verá en este edificio y lo que contiene mucho más que una tienda. Dependiendo de su oficio, la imaginación le llevará por distintos caminos. Podría ver ante sus ojos las posibilidades del turismo urbano de compras y las oportunidades para el pequeño comercio posicionado en segmentos rentables. Podría imaginarse como los negocios implementan la tecnología para ser productivos o intuir las instituciones adecuadas para forjar comunidad y fortalecer la cooperación. Y algunas visiones se harían realidad y se convertirían también en leyenda.

El espejo no está mudo, pero hay que sentarse a escucharlo. Cada cual sacará su lección. Y después queda un largo camino, esperando con fe y perseverancia a que las piezas encajen en el futuro.