«Hoy cualquier persona puede terminar llamando a nuestra puerta»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Iria Vilas

Ecos do Sur cumple 25 años evolucionando con la sociedad y sus necesidades

22 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La oenegé Ecos do Sur cumple 25 años, y lo celebra de un modo especial: recogiendo el testimonio de 25 personas que cuentan su transformación social tras su paso por la entidad y sacando a la calle una silla migrante en la que animaban a la gente a retratarse y colgarlo de las redes sociales. «Esta silla viene de nuestro taller de muebles de cartón, y simboliza que en Ecos do Sur tienes tu sitio, te respaldamos seas de donde seas», explica Natalia Monje, portavoz de esta oenegé que ha crecido hasta tener sedes en Lugo y Madrid.

-¿Cómo nació Ecos do Sur?

-Surgió hace 25 años de un grupo de personas que ya estaban implicadas en los movimientos sociales de la ciudad y en un entorno de catástrofes naturales en diversos lugares del mundo. En Galicia no existía otra oenegé de cooperación internacional y decidieron fundarla.

-Y 25 años después, ¿qué queda de aquellos primeros objetivos?

-La cooperación sigue siendo una de nuestras líneas de trabajo. Pero el mundo da muchas vueltas y nosotros, claro, nos hemos adaptado. Siempre hemos estado muy al pie de la calle, pendientes de todo lo que está pasando en la sociedad. Hay que tener en cuenta que cada año atendemos a alrededor de mil personas, una atención muy personalizada en la que nos cuentan lo que les está pasando a nivel personal, profesional... Así que intentamos detectar esos nuevos problemas emergentes y ofrecer soluciones.

-¿Ha cambiado mucho el perfil del beneficiario de sus servicios en estos años?

-Radicalmente. En un inicio era una persona de lo que entonces se llamaba el tercer mundo que estaba sufriendo por culpa de una catástrofe humanitaria. De ahí pasamos, con el bum de la inmigración en España en el año 2000, a atender básicamente a personas extranjeras que llegaban a nuestra ciudad; y desde hace unos cuatro años, la verdad es que el perfil del usuario es amplísimo. Las desigualdades sociales son tan grandes y tan generalizadas que prácticamente cualquier persona se puede encontrar en un momento de su vida en riesgo de exclusión social y llamando a nuestra puerta. Lo hemos visto con los casos de desahucios que hemos llevado, gente con situaciones incluso desahogadas que se encuentran con un gran bache que les cambia la vida.

-La oenegé ha tenido que evolucionar con las necesidades de la sociedad.

-Una de las cosas en las que hemos avanzado mucho en este tiempo es en el retorno de la inversión. A través de nuestras iniciativas de inserción, financiadas por entes públicos o por empresas, con una inversión de en torno a los mil euros, el beneficiario recibe a lo largo de todo un año orientación laboral personalizada, formación para el empleo, se realiza prospección laboral, puede tener incluso apoyo psicológico, asesoría legal si lo necesita... Un tercio de las personas que llevan en desempleo una media de cuatro años consigue trabajo antes de un año. Y la gran mayoría irán incorporándose al mercado laboral gradualmente. Esto significa que cada euro invertido en los proyectos de Ecos do Sur se multiplica exponencialmente, generando valor económico y social. Se trata de personas que dejan de depender de la Administración, y que aumentan su capacidad de consumo. Por eso, no solo para la Administración y la sociedad, sino también y muy especialmente para las empresas, es rentable invertir en proyectos sociales de alto retorno, responsables y gestionados con transparencia.

-Eso implica que sus servicios se hayan profesionalizado.

-Sí, pero el papel de los voluntarios sigue siendo fundamental. Contamos con más de cien colaborando en las más diversas tareas. Y muchos han sido previamente usuarios de Ecos do Sur. Uno de ellos está ahora impartiendo talleres de informática a personas que no saben nada de ordenadores, con lo que eso imposibilita a la hora de buscar empleo. Estamos muy orgullosos de nuestros voluntarios.

-¿Ha caído el número de voluntarios?

-En absoluto, incluso se ha intensificado a partir de la crisis. Hubo también un punto de inflexión el pasado mes de diciembre, con la iniciativa de A Radio Conta, que supuso una promoción importantísima y animó a la gente a acercarse a nosotros.

«Queremos intensificar la sensibilización y dar a conocer nuestro trabajo»

Con la crisis la labor de Ecos do Sur se transformó y se hizo, si cabe, más necesaria, según relata Natalia Monje.

-¿Cómo ha afectado la crisis a su trabajo?

-Lo que vimos desde el primer momento es que el desempleo se convertiría en un problema estructural, que habría grupos sociales que se verían empujados al desempleo de manera crónica. Hablamos de grupos muy amplios, desempleados mayores de 45 años que se ven empujados fuera de la sociedad. Por eso actualmente nos hemos volcado con este tema del empleo.

-¿Y cómo ven el futuro?

-El futuro va a ser multicultural. Eso es algo que Ecos do Sur tiene claro desde hace mucho tiempo. Desde antes incluso del fenómeno de las migraciones, de Internet o de los viajes low cost. Nosotros ya trabajamos en un entorno multicultural. Cuando celebramos el cumpleaños de la oenegé, cantamos alrededor de la tarta el Cumpleaños Feliz en nueve idiomas. Lo que no sabemos es con qué problemas sociales nos encontraremos en el futuro. Por eso estamos tan pegados a la realidad, para darles respuesta.

-¿Y el futuro de Ecos do Sur?

-Como todas las oenegés. Entre la caída de las obras sociales de las cajas y de las subvenciones, pues no estamos en un momento fácil, a pesar de ser ahora más necesarios que nunca. Por eso el respaldo social es ahora incluso más importante. Desde 12 euros al año se puede hacer uno socio de Ecos do Sur, y es una ayuda importantísima. Ahora estamos en fase de ampliar la base social y encontrar financiación privada en empresas. Para eso queremos intensificar las acciones de calle, la comunicación y sensibilización. Tenemos que dar a conocer nuestro trabajo.