El «Galaxy of Happiness» zarpó de A Coruña a las cuatro de la madrugada de ayer después de haber repostado 15.208 litros de combustible
21 jul 2016 . Actualizado a las 12:20 h.«Lleno, por favor», dijo el patrón del trimarán más grande del mundo. El empleado del camión cisterna cogió el surtidor de diésel marine, lo introdujo por el orificio correspondiente y apretó hasta la eternidad. El contador paró en 15.208 litros. Teniendo en cuenta que el depósito de esta nave espacial marítima tienen una capacidad de 18.000 litros todavía podía haber navegado un poco más. El precio medio del gasoil estos días es de 1,12 euros. En el puerto coruñés hay varias empresas autorizadas para suministrarlo, pero céntimo arriba, céntimo abajo lo multiplicamos por esa cifra. El resultado del repostaje es 17.032,96 euros.
El Galaxy of Happiness, (Galaxia de Felicidad), de propietario de los Emiratos Árabes, partió con el depósito rebosante a las cuatro en punto de la madrugada. El suministrador de gasóleos también disfrutó a su manera de la galaxia de la felicidad. Su imponente triple casco abandonó el muelle coruñés entre la niebla y, minutos después, ya estaba rumbo a Portugal a sus 22 nudos de velocidad de crucero.
Doce horas después, y un tercio de tanque de combustible menos, el Galaxy se encontraba enfilando Lisboa. Todavía le quedan bastantes millas y litros de gasoil que consumir hasta llegar a su destino en aguas de Mónaco. Aunque por allí es habitual ver yates imponentes seguro que el futurista diseño del ingeniero francés Jean-Jacques Coste no pasa desapercibido.