Los turistas sobre ruedas prefieren la Torre al Portiño

CLÁUDIA MORÁN A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

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Los visitantes que pernoctan en su vehículo critican la inseguridad de la zona marítima, además de su inclinación

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó el verano y, con él, las autocaravanas que cada año se instalan en los alrededores de la Torre de Hércules y el Portiño. Decenas de viajeros ya estacionan su vivienda sobre ruedas en ambas zonas, pero basta un vistazo para darse cuenta de que estos se decantan claramente por los alrededores del monumento, donde ayer había unas veinte. En el Portiño, sin embargo, solo se avistaban dos.

«Venimos aquí a cargar agua y a vaciar las aguas negras», cuentan José y Sari, un matrimonio de Las Palmas de Gran Canaria que llegó a la ciudad recorriendo la costa atlántica. Explican que decidieron no pernoctar en el Portiño porque «tiene mucho desnivel y está muy desamparado».

Inseguridad e incomodidades

El matrimonio señala que siguió el consejo de otros viajeros. «Tomamos como referencia a personas a las que les han robado aquí, por lo que tampoco dejamos la caravana sola en ningún momento». Son conscientes de que son «carne de cañón» para los ladrones, ya que viajan con «portátiles, cámaras fotográficas, teléfonos móviles e incluso dinero en efectivo». Aunque remarcan que a ellos, de momento, no les ha pasado nada, opinan que «vale más ser precavidos».

Pero este no es el único inconveniente del Portiño como zona habilitada para autocaravanas. Tanto para los canarios como para María y Lucas, otro matrimonio de Bilbao, la presencia del bar cercano es otro elemento que ahuyenta la pernocta. «Nos han dicho que hay mucha fiesta y que dura hasta la madrugada, y tú a lo que vienes es a descansar para seguir la ruta al día siguiente», explican.

Un aparcamiento no habilitado

Ambos matrimonios eligieron el aparcamiento de la Torre para instalarse estos días y pasar la noche. Sin embargo, esta zona de estacionamiento no está pensada para las autocaravanas, que tienen que compartir el espacio con otros vehículos. «Otros conductores se quejan de que pisamos la raya simplemente porque tenemos este tipo de transporte», afirman.

«Podrían habilitar un área reducida con luz y agua, aunque nos cobrasen unos 10 euros diarios, que es barato», dicen los bilbaínos, quienes añaden que «en Portugal y en Bilbao ya se hace en muchos sitios» y opinan que sería «muy positivo para el Ayuntamiento, que recaudaría unos 15.000 euros al mes». El del Portiño, que sí está habilitado para autocaravanas, tampoco tiene ningún coste.

La inclinación es otro problema del aparcamiento de la Torre. De hecho, muchos conductores colocan topes en las ruedas como medida de seguridad durante su estancia. «No se puede cocinar o fregar los platos con esa pendiente», observan los viajeros.

A pesar de todo, las dos parejas aseguran que están encantadas con la ciudad, que «es preciosa» y, por supuesto, con la modalidad de viaje que han elegido: «Los cuatro nos conocimos en el camino, que es lo bueno que tiene la autocaravana, además de que estás en contacto con la naturaleza y vives en un ambiente sano», destacan Sari y José. «Volveremos», aseguran todos.