Los planes para esa zona se han pospuesto hasta el 2017
12 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Todos han intentado meterle el diente a la Ciudad Vieja, donde no hay político que no reconozca que el lugar ganaría enteros sin coches afeando sus piedras. Vale que cada urbe es un mundo, pero vistos los resultados alcanzados en Santiago o Pontevedra, por ejemplo, no hay mucha duda sobre lo que puede pasar.
El problema está en dar el paso y convivir con las críticas que esas actuaciones generan en los primeros momentos en los vecinos que, lógicamente, tienen que tener viviendas con un servicio y facilidades de aparcamiento.
El anterior gobierno local dio el que hasta ahora ha sido el mayor impulso a la peatonalización, ejecutando una primera fase que consistió en prohibir aparcar -no circular- a los no residentes. La medida funcionó y demostró que la gran mayoría de quienes pasaban por allí lo hacían buscando sitio gratis. Ahora ya no suenan los motores. La segunda fase era la peatonalización. Tras el cambio de gobierno en María Pita ese paso se pospuso. Lo que se sabe es que no se hará este año, aunque es posible que sí el próximo.
En este sentido, los vecinos de la Ciudad Vieja se encuentran divididos ante la idea de un futuro casco antiguo peatonal. «A mí no me supone nada porque yo tengo párking en el Parrote», afirma Socorro, quien además posee la tarjeta de residente para aparcar, aunque matiza que eso solo es posible «cuando hay sitio». «El problema es que no podemos aparcar todos y hay que recurrir al aparcamiento de pago».
Otros vecinos se quejan menos y, a pesar de tener vehículo particular, son partidarios de eliminar todo el tráfico del barrio, incluidos los coches de los residentes. «¿Onde se viu un casco antigo con coches? Aquí e pouco máis», explica Anxo, y señala que «haberá que chegar a un acordo co Concello» para que les dejen «aparcar nalgún sitio, sexa nun aparcamento subterráneo ou nun lugar específico».
Pero ya existe alguna calle peatonal en la Ciudad Vieja. Capitán Troncoso es una de ellas, y ahí es donde Manolo tiene su negocio, el mesón A Roda, desde antes de la peatonalización. «Non ten nada que ver a rúa de agora coa que había antes. Está moitísimo mellor», explica, ya que recuerda cómo «os camións de carga e descarga non podían chegar ata aquí porque isto estaba cheo de coches». A esto se sumaba la ausencia de ORA en la vía, por lo que «había xente que deixaba o coche aquí toda a semana e non podías chamar para que o levasen». También es de los que creen en una zona totalmente libre de tráfico. «Os cascos antigos de todas as partes de España son peonís. ¿Por que este non o vai ser?», se pregunta.