Félix Arias: «No soporto escuchar a Bustamante o a David Bisbal»

A CORUÑA

El músico coruñés Félix Arias.
El músico coruñés Félix Arias. paco rodríguez

22 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Iba para profesor. Empezó a estudiar Magisterio en Santiago, pero no acabó. «Porque siempre estaba tocando la guitarra». Su compañero de andanzas era ni más ni menos que Xoel López. Cantaban canciones de los Beatles al lado de la catedral. Los críticos pensaban que con su talento se iba a convertir en una estrella. «Me interesa más la artesanía que el diseño. No soy echado para adelante ni carismático, pero claro que me hubiese gustado vivir solo de mis canciones», reconoce Félix Arias-Carbajal Alonso. Caray, apellido con guion. «No tengo pensión de marqués o, por lo menos, no me llega nada», comenta sonriente este músico coruñés al que todo el mundo conoce, simplemente, como Félix Arias. Tiene 42 años. Nació por casualidad en Talavera de la Reina, cerca de donde en aquél entonces trabajaba su padre. «Nunca estuve allí, incluso cuando necesité la partida de nacimiento me la consiguió una amiga». Se casó el 1 de agosto del 2014 en el registro de la plaza de Vigo. «Llevábamos diez años juntos», precisa. No tiene hijos y sí una perra, Bleda, de la que casi nunca se separa. «Le puse el nombre porque aparecía en una novela de Vázquez Montalbán del detective Carvalho. Es el ser vivo con el que he pasado más años. Es un bulldog francés que trajo mi pareja a casa. Nunca había tenido perro, y a los tres días me enamoré», comenta mientras apura una caña en la cafetería Conga.

Su hermano Xoel

Dice que los años tocando en la calle «fueron un buen aprendizaje para saber cantar a grito pelado y saber llamar la atención». Antes, siendo un niño, había descubierto la música en su casa. Su madre toca el piano. «Lo primero que escuché en mi vida fue un recopilatorio de Elvis Presley. Después mi padre grabó una cinta de los Beatles y eso cambió mi vida», relata. Su primer grupo fue Los Beatos, que montó con unos colegas de la Sagrada Familia. «Tocamos en el centenario del Femenino, que ahora vi en un cartel que cumple 125 años. Cómo pasa el tiempo». Fue su primer concierto. Más adelante surgió el proyecto Lovely Luna con su «amigo-hermano» Xoel López, al que había conocido en el colegio Montegrande. «Éramos bastante raros porque éramos experimentales», asegura. En el 2001 surgió Guru Deva y, por el medio, discos en solitario y con otras formaciones y artistas locales. Sumando, nos salen siete discos. Hay uno cuyo título me llama la atención, Vals muy triste en sol menor. Félix siempre fue un tipo peculiar. «Me considero un escritor de canciones», apunta este artista que en los últimos 25 años actuó en todos los locales de la ciudad. En la sala Mardi Gras decenas de veces. «En Green y Pachá no», precisa.

«Volver a los 17»

Confiesa que le gustaría tocar con Joan Báez o con Paul Simon. «Me han nutrido mucho, sobre todo como guitarrista», afirma este coruñés que tiene el corazón dividido entre la zona de División Azul, ahora Antón Vilar Ponte, y la plaza de España, donde vive ahora. Escucha música clásica. «Me encanta porque es ajena a mí. No soporto escuchar a Bustamante o a David Bisbal, ni a toda esa gente que salió de Operación Triunfo», sentencia. A la hora de elegir una canción se queda, tras meditar un rato, con Volver a los 17 de Violeta Parra. Y en cierto modo Félix regresó a esa edad, cuando se formaba para ser profesor. Da clases a niños de 0 a 3 años en el Escuela Municipal Infantil de Monte Alto. «Llevo 4 años. Al principio pensé que iba a ser imposible, pero ahora los niños se alegran cuando me ven», reconoce. También es profesor en la academia Langstrump y también enseña guitarra a niños y adultos. «Con eso y los conciertos me gano la vida», asegura Félix, que compone por las mañanas y por las noches, que se ocupa de las tareas de su casa y al que conquistas con buena música y un buen plato de lentejas.

El pulso de la ciudad pablo.portabales@radiovoz.com