Veinticinco años guiando a las personas invidentes

La Voz

A CORUÑA

Varios perros guía acudieron ayer a la presentación de la exposición
Varios perros guía acudieron ayer a la presentación de la exposición . marcos míguez< / span>

Afundación repasa la historia de la Fundación ONCE del Perro Guía

11 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Son sus ojos, sus acompañantes y se convierten en parte fundamental de su vida. Los perros guía no solo caminan de la mano de las personas con una discapacidad visual, sino que les ayudan a tener una mayor independencia y a facilitar su inclusión en la sociedad.

Más de 2.500 invidentes de toda España han contado con la inestimable ayuda de estos animales, que son adiestrados en las instalaciones que la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) tiene en Boadilla del Monte, y de las que cada año salen preparados unos 150 canes para seguir colaborando con las personas ciegas. Con motivo del veinticinco aniversario de la creación de esta entidad, la ONCE ha inaugurado en la sede de Afundación la exposición Caminando juntos, en la que se explica todo el proceso que siguen estos animales para convertirse en parte imprescindible de la vida de las personas invidentes. Manuel Martínez, delegado territorial de ONCE en Galicia, destacó que esta muestra pretende dar a conocer el gran trabajo que hacen estos perros, «que permiten que as persoas invidentes poidan facer unha vida sen ningún tipo de barreiras». Recordó que este centro de adiestramiento es el mejor del mundo, y que su objetivo es seguir creciendo para mejorar las cuotas de inclusión social de las personas con discapacidad.

Razas

Las razas más utilizadas para ser perros guías son las de labrador retriever, golden retriever, pastor alemán y flat coated retriever, y siempre se hace una exigente selección entre los progenitores para lograr que los cachorros sean inteligentes y tengan un carácter afable y equilibrado. Una vez que nacen, los perros guía crecen con sus madres en las instalaciones del FOPG, donde también reciben los cuidados de monitores y veterinarios hasta que al cumplir dos meses son acogidos por familias de la comunidad de Madrid. Con ellas pasarán gran parte de este primer año, y serán quienes les enseñen a desarrollarse y socializarse, acostumbrándolos a adquirir un nivel de obediencia básica.

Tras esta primera etapa educativa, los perros guías regresan a la finca de Boadilla del Monte donde inician la fase de adiestramiento más importante, y donde además de convertirse en un eficaz perro guía, se transforman en un amigo de su dueño, y en un animal paciente y sociable. Aprender a sortear obstáculos, a moverse en el transporte público, y a marcar bordillos o escaleras serán algunas de las lecciones que recibirán estos canes, que una vez aprendidas inician la parte final: el encuentro con el que será su dueño y principal compañero durante buena parte de su vida.