Pausa en el idilio de la Marea y el PSOE

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Langosteira agrieta una relación que parecía afianzarse tras la cesión socialista en Alfonso Molina

22 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Este otoño anormalmente cálido fue testigo del deshielo de las relaciones entre el gobierno de la Marea y el PSOE. El fruto de ese encuentro fue el acuerdo para aprobar un cambio en el presupuesto vigente, que debe confirmarse en el pleno extraordinario que se celebrará el martes.

Durante las semanas de idilio hasta se hablaba en María Pita de la posibilidad de un pacto permanente, y el alcalde Xulio Ferreiro, portavoz de la Marea, partido que en junio afirmó su deseo de gobernar en solitario y rechazó los acercamientos del partido socialista no le dio calabazas por completo: «O futuro é moi longo e non se pode dicir nunca ?jamás?», afirmó al respecto, aunque añadió que «nestes momentos iso non está enriba da mesa».

Fueron días en los que el PSOE se acercaba más y más. El 5 de noviembre la concejala Yoya Neira, responsable de Movilidad con el alcalde del PSOE Javier Losada, dio una rueda de prensa en la que anunció que su partido no respaldaba el proyecto de reforma de Alfonso Molina planteado por el Ministerio de Fomento.

Un giro a 20 años de política

Fue un giro histórico en la política del PSOE. El plan de Fomento incluye la construcción de un cuarto carril por sentido entre Ponte da Pedra (a la altura del barco pesquero), la entrada a la AP-9 y Palavea. Esa mejora es una reivindicación socialista desde hace más de 20 años. El PSOE presentó una enmienda en el 2014 para que fuese presupuestada este año, y el pasado 16 de julio la secretaria general del PSOE, Mar Barcón, la calificó de «irrenunciable». Neira dijo desconocer esas declaraciones de la que entonces era su portavoz municipal.

La rueda de prensa provocó la enésima tormenta interna en el fraccionado seno del socialismo coruñés. Agrandó la brecha entre Neira y Barcón, que fueron aliadas férreas en las guerras intestinas del anterior mandato, y aquel mismo fin de semana algunos miembros destacados del partido se plantearon incluso desautorizar a la edila. No fue así.

El PSOE tampoco apoyó el plan de la Marea para la vía, pero su giro fue un balón de oxígeno para ellos. El gobierno había presentado un proyecto alternativo al de Fomento que fue considerado inviable por Carreteras, que advirtió que agravaría los atascos y empeoraría la seguridad en el principal acceso a la ciudad.

El PSOE dio un paso más en el pleno del 9 de noviembre, en el que presentó una moción instando a Fomento a revisar su proyecto, parando las obras previstas para el año que viene, y renegociarlo con el Ayuntamiento; una propuesta coincidente con las tesis de la Marea que fue respaldada por ese partido y el BNG.

El presupuesto como puente

Esos pasos siguen siendo discutidos. Esta misma semana un destacado miembro del partido, próximo a Barcón, señalaba que el plan de Fomento «es el único viable, y lo sabe cualquiera que circule por Alfonso Molina» y lamentaba el giro, que en su opinión perseguía el objetivo de debilitar a la secretaria general.

El siguiente paso del idilio debía ser la aprobación del presupuesto, con toda seguridad después de las generales, que podría servir de puente hacia un pacto estable entre ambos partidos. Pero esta semana se acabó el otoño cálido, bajan las temperaturas.

La pausa del romance la marcó la conferencia de Xulio Ferreiro en el hotel Ritz de Madrid, en la que relacionó el puerto exterior con el aeropuerto de Castellón. Esas palabras provocaron una respuesta inmediata del PSOE. Su portavoz, José Manuel Dapena, consideró que su intervención fue «desafortunada» y le instó a rectificar cuanto antes. Lo mismo hizo Mar Barcón. Mientras que el sector socialista más lejano a la Marea vio las palabras de Ferreiro como un intento de «demonizar» el legado del PSOE.

En medio de la polémica y el enfriamiento de relaciones, la Marea ha centrado el debate en la financiación de Langosteira y el futuro del puerto interior. Su último movimiento es una moción contra la venta de los muelles, con la que se iba pagar parte de la obra. Esa operación fue consagrada en un convenio firmado en el 2004 por el exalcalde Francisco Vázquez. Su votación será otro dilema para el PSOE.

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