Patrimonio obligó a proteger los restos del antiguo baluarte defensivo
13 oct 2015 . Actualizado a las 13:18 h.La ventana arqueológica del Parrote, desde la que se pueden contemplar parte de los muros de las antiguas estructuras defensivas de la ciudad, se ha convertido con las últimas lluvias en una suerte de estanque de agua sucia lleno de desperdicios variados.
Los sumideros instalados en la infraestructura, construida por Copcisa, no parecen suficientes para evacuar el agua de lluvia.
Ese defecto, ni mucho menos el único de la obra, se suma a la falta de mantenimiento y limpieza por parte del Ayuntamiento. Como consecuencia, ese espacio, situado enfrente de las galerías de cristal de la Marina, uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad, está plagado de botellas, papeles, colillas... y otros desperdicios que dificultan todavía más la evacuación del agua.
Esos dos problemas y las fuertes lluvias del sábado han provocado la inundación de casi todo el piso del espacio arqueológico con una gran cantidad de agua, que en algunos puntos supera los 30 centímetros de profundidad.
Fue el departamento de Patrimonio de la Consellería de Cultura el que obligó al Puerto a exponer los restos de las murallas. Con esa finalidad se encargó un proyecto específico para ese espacio, en paralelo a la urbanización del resto de la superficie. Las obras, realizadas por Copcisa, contaban con un presupuesto de un millón de euros. El uso de acero corten, que ha teñido de marrón el pavimento, y el cierre con barrotes de ese material han contribuido a que desde el principio la obra fracasase en su objetivo de despertar interés por los restos de la muralla. Apenas hay visitantes que desciendan por sus escaleras para verlos. Aunque ayer había muchos que sí se asomaban por los barrotes de acero corten para ver e incluso fotografiar el insólito estanque.
Los desperfectos causados por los vándalos en agosto todavía no han sido reparados
A mediados de agosto se produjeron desperfectos por actos vandálicos en el Parrote. Tras un fin de semana aparecieron varias lunas de cristal rotas en las escaleras del espacio arqueológico y en los bajos destinados a locales de ocio, que a veces utilizan personas sin techo para pasar la noche.
La mayor parte de esos desperfectos no han sido reparados cuando ya han pasado casi dos meses. Es más, las lunas de cristal que impedían la entrada en los bajos no han sido reemplazadas, de manera que sus paredes se están llenando de ventanas.
Los bajos, que conservan parte de la muralla del Parrote, sufren además de pequeñas filtraciones de agua y ayer a última hora de la mañana era posible ver gotear agua del techo de uno de ellos.
La aparición de los desperfectos se produjo en plena crisis entre el Ayuntamiento y el Puerto por la falta de licencia de las obras de la Marina. Cuando ambas instituciones retomaron las negociaciones, el martes 25 de agosto, la reparación de los daños iba a ser uno de los «temas centrais» del encuentro, ya que según el gobierno local existía un «baleiro legal» sobre qué entidad debía hacerse cargo de ellos.
Pero no se volvieron a producir noticias al respecto y en la actualidad las cosas siguen como estaban. Incluso continúan colocados los precintos que la policía del Puerto instaló en agosto para disuadir a posibles «okupas» de entrar en los bajos comerciales. No parecen haber surtido efecto.