Los ciudadanos tendrán 30 minutos para intervenir en los plenos

Xosé Gago, a. gándara A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El público del último pleno, lleno de miembros de asociaciones y personas vinculadas a partidos.
El público del último pleno, lleno de miembros de asociaciones y personas vinculadas a partidos. E. Pérez< / span>

Los ediles les contestarán en directo o por escrito en un plazo de 15 días

26 ago 2015 . Actualizado a las 11:15 h.

Los ciudadanos que estén empadronados, residan o trabajen en A Coruña podrán intervenir en los plenos. El alcalde, Xulio Ferreiro, firmó ayer una instrucción para que hasta diez vecinos, a título individual o en representación de un colectivo, puedan tomar la palabra en cada sesión. Dispondrán de tres minutos para exponer problemas, plantear preguntas, proponer proyectos... Los concejales contestarán inmediatamente después o por escrito en un plazo máximo de 15 días.

Está previsto que el turno de ruegos y preguntas ciudadanas se estrene en la sesión ordinaria del 7 de septiembre. Los vecinos podrán hablar desde el «escaño cidadán», explicó el alcalde, que prefirió no desvelar dónde estará situado a modo de sorpresa. Una de las posibilidades es que se utilice la bancada libre situada enfrente de la mesa presidencial, entre los escaños de PP y BNG.

Los ciudadanos interesados en participar deben solicitarlo a través del registro municipal, el formulario está colgado desde ayer en la página web del Ayuntamiento (www.coruna.es); o a través de la sede electrónica, a la que se puede acceder desde esa misma dirección de Internet.

Las solicitudes deben presentarse cinco días antes de la sesión plenaria. Los interesados, sean particulares o entidades, deben identificarse y solo podrán hacer un ruego o pregunta. Deberán tratar de asuntos de interés municipal y su admisión a trámite dependerá del presidente del pleno, el alcalde. Es posible delegar la intervención en otra persona.

Si se presentan más de diez solicitudes válidas se sorteará cuáles son tramitadas. Las peticiones sobrantes podrán ser atendidas en los dos siguientes plenos.

Las preguntas y respuestas se harán públicas tras cada sesión.

La instrucción firmada por el alcalde para poner en marcha el turno de ruegos y preguntas se desarrolla a partir del reglamento de participación ciudadana del Ayuntamiento. Fue aprobado en el 2004, por obligación legal tras entrar en vigor de la ley de grandes ciudades, pero hasta la fecha sus artículos no se han aplicado.

Uno de ellos, el artículo 8 bis, permitía al presidente del pleno autorizar un turno público de ruegos y preguntas al final de las sesiones, como se aprueba ahora.

Ferreiro destacó que esa decisión es «o principio, unha das primeiras medidas do que para nós vai supor un cambio radical na maneira de gobernar» el Ayuntamiento. El alcalde añadió que a partir del próximo mes de septiembre se desarrollarán «outras moitas» propuestas que seguirán la misma línea.

Parte del programa electoral

Permitir la participación de los ciudadanos en las sesiones era una de las promesas electorales de la Marea Atlántica. De hecho era la quinta de sus 25 medidas para los primeros cien días de gobierno. En el programa, tal y como se ha aprobado, figura la «obriga de resposta do goberno municipal, no mesmo pleno ou como máximo nos quince días seguintes» a la sesión plenaria.

ANÁLISIS: Un nuevo espacio para los vecinos que corre el riesgo de ser colonizado por los partidos

¿Cuánto tardará alguno de los cuatro partidos representados en el pleno en enviar a un fiel Sancho Panza a interrogar sobre esto o aquello al partido de enfrente en el turno de los ciudadanos? A la vista de lo que ya ocurre con asociaciones vecinales, colectivos sociales, agrupaciones culturales... sucederá más pronto que tarde; y si el ejemplo cunde la herramienta de participación que ayer aprobó el alcalde quedará desvirtuada, convertida en un campo de batalla más para la eterna guerra partidista.

El riesgo es elevado porque la tendencia de las formaciones políticas a colonizar todo lo que orbita a su alrededor parece patológica. Ahí está la proximidad de determinadas jefaturas de agrupaciones vecinales al PSOE y al BNG, y las guerras entre unas y otras que se saldó con la fractura de la federación. Ahí está la súbita aparición de nuevas asociaciones coincidiendo con la llegada del PP al gobierno en el 2011.

La Marea también cuenta con entidades sociales próximas, de hecho fueron claves para armar el partido, pero no han provocado polémicas. La única excepción fue la denuncia por la licencia de la Marina. La presentó el frente cívico Somos Maioría, cuyo portavoz fue el número 15 de la lista de la Marea, una coincidencia que fue destacada por el Puerto.

Reprimir esa tendencia colonizadora, una de las conductas de los partidos más criticadas, será clave para el éxito del turno ciudadano que ayer aprobó Ferreiro.