Sada y Pontedeume volvieron a unirse en el homenaje al «Vapor Alegre»
19 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«Sacaron a moita xente porque con 20 anos que tiñan daquela eran como peixes no mar». Esto apuntaba en la tarde de ayer una hija de Francisco Guerra. El es uno de los marineros de Sada que el 18 de agosto de 1940 vio como el Vapor Alegre encallaba en un islote llamado A Pulgueira, en las inmediaciones de la villa sadense. Era una embarcación procedente de Pontedeume que había navegado hasta Sada con decenas de personas para participar en las fiestas patronales. Tras encallar, el barco volcó y, según indicaban ayer fuentes del Ayuntamiento de Sada, cayeron al mar las casi cien personas que iban en el mismo.
La familia de Francisco Guerra recuerda como hace años, con motivo de otro aniversario de este naufragio, una vecina de Pontedeume a la que había salvado este marinero «vino y se abrazó a mi padre, que la había sacada del agua».
Con motivo del 75.º aniversario de este suceso, Sada y Pontedeume volvieron a encontrarse ayer, representados por sus alcaldes, Óscar Benito Portela y Bernardo Fernández, respectivamente, y los patrones mayores de las cofradías de ambas localidades, para recordar a las víctimas (tres personas murieron en el siniestro) y rendir homenaje a los marineros de Sada que acudieron a socorrer a los náufragos.
«Siempre contaba que estaban un grupo de amigos mirando y en cuanto vieron que empezó a caer la gente al mar se lanzaron al agua». Es el relato de Muchita Guillén, hija de Juan Guillén, que fue otro de los marineros que socorrió a los náufragos. Esta mujer acudió ayer al monumento del paseo marítimo de Sada que evoca lo acontecido, con la relación de todos los que participaron en el mismo, un ancla sobre una roca «pétrea base que sirva de homenaje a todos los hombres del mar», puede leerse en el monumento.
«Esta es la medalla que le dieron a mi padre, junto con un diploma, el 26 de abril de 1941», detallaba la hija de Guillén. También evocaba como «mi padre sacó a 25 personas del agua y contaba que a veces cuando tiraba por una venían varias, unas agarradas a otras, ya que al estar en el agua el peso era mucho menor y él podía arrastrarlas». Recordaba como su padre reconocía que en el momento de lanzarse al mar «ni lo había pensado y si volviera a ocurrir seguro que hacía lo mismo», detallaba esta mujer natural de Sada, emigrante durante años en Venezuela y ahora residente en Torrevieja.
Volver a compartir las fiestas
El alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, apuntó en su intervención durante el acto de homenaje que en alguna ocasión sería bueno recuperar la tradición de que, como ocurría hace casi un siglo, los barcos de Pontedeume navegaran hasta Sada para participar conjuntamente en las fiestas patronales. El regidor de Sada, Benito Portela, hizo suya la idea mientras hacía una defensa de la vinculación de Sada con el mar, no solo de los marineros o las gentes que viven del mismo, sino de todos los vecinos. Otra de las personas que intervino en este acto fue Francisco Pita, que es el presidente de la asociación Ramón Suárez Picallo.
Masiva afluencia a la tradicional sardiñada
Una de las estampas habituales del verano en Sada volvió a repetirse en la tarde de ayer: cientos de personas degustando sardinas en O Curruncho, en la playa de las Delicias. Allí se fueron congregando desde las seis de la tarde vecinos y visitantes, en ocasiones numerosos grupos familiares, para degustar sardinas, pan y vino en una celebración que, según fuentes municipales, se remonta a hace más de medio siglo. El tiempo ayudaba, con una tarde-noche agradable y la música de la agrupación musical Queiroa. Por la noche la celebración se trasladó a la plaza Suárez Picallo donde fue la orquesta Cinema la que puso la música y pasada la medianoche tuvo lugar un espectáculo de fuegos pirotécnicos.