La misma vara de medir

Manuel González PERIODISTA

A CORUÑA

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El que piense que lo escrito en las redes sociales se sumerge y desaparece al cabo del tiempo está totalmente equivocado. Todo, absolutamente todo, deja rastro. Y nada, pero nada, prescribe. Otra cuestión es que haya algún friki -?por supuesto, siempre interesado- que dedique su tiempo libre a husmear en el pasado digital de las personas y a informarnos hoy de lo que dijeron o escribieron hace tiempo.

Cada cual hace con su vida lo que le parece. Cosa distinta es la vara de medir. ¿Alguien que dijo lamentar que ya no existan los Grapo para que liquiden policías está capacitado para ejercer un cargo público? Evidentemente, no.

El ejercicio de un puesto de representación tiene un componente inexcusable de ejemplaridad. Así, al igual que un imputado no debe ocupar un cargo de responsabilidad tampoco lo debe hacer quien haya participado en el asalto a una capilla. Ni tampoco quien haya alterado violentamente el orden, lleve tatuado en su puño la palabra odio o presuma de su condición de okupa.

Y es que ni puede presidir el Gobierno quien haya enviado wasaps de apoyo a un delincuente, por muy amigo que sea, ni tampoco debe ocupar una concejalía quien haya ofendido con pretendidos chistes xenófobos de mal gusto, amparándose -qué casualidad- en el ejercicio de un derecho constitucional como es la libertad de expresión, que, por cierto, en el caso concreto de Zapata, concejal de Madrid, se utiliza como excusa para justificar la zafiedad y bajeza moral de un personaje seguramente incapaz de representarse a sí mismo.

Evidentemente, el listón debe estar alto para todos. Sin excepción alguna. Y no solo para los podemitas que siempre se han manifestado con tanta superioridad moral sobre el resto que ahora no pueden evitar que se les juzgue en función del nivel de exigencia que reclamaban a los demás.

Me molestan los que se vuelven dignos y piden la dimisión por actos impropios de sus adversarios cuando han tolerado e incluso reído otros más graves de sus correligionarios. Pero también me dan pena los que por defender a los suyos legitiman lo que antes denunciaron como intolerable. Entiendo que se deben aplicar idénticos criterios para medir la conducta de todos.