La llave del 30 %

A CORUÑA

11 may 2015 . Actualizado a las 22:43 h.

El secreto del éxito para la noche del próximo 24 de mayo está en ese tercio de personas que aseguran no haber decidido a quien votar. Las dudas se abaten con especial intensidad sobre el electorado del PP. Un 34 por ciento de los que eligieron a los populares en el 2011 admite no saber qué papeleta elegir ahora. La encuesta de Sondaxe mantiene a Carlos Negreira a las puertas de la mayoría absoluta, pero, de momento, el salto de los trece ediles que obtiene en la demoscopia a los catorce que necesita para conseguir la mayoría absoluta no acaba de llegar. Su campaña se basa precisamente en movilizar a los suyos. No habrá paracaidistas del partido y su principal baza será explotar la condición de aspirante más valorado en las encuestas.

Tampoco sale mal parado el PSOE. Cae en intención de voto con respecto al 2011, pero sube unas décimas sobre los datos de hace dos semanas. El nivel de indecisos entre los votantes socialistas es menor (un 27%) que en los populares, pero la candidata necesita frenar la fuga de votos hacia otras opciones, como la Marea Atlántica, que también absorbe muchos de los apoyos de un BNG que prosigue su desmoronamiento y apenas retiene un 5,4 % de los votos, lo justo para sacar un concejal. La lista que encabeza Xulio Ferreiro recibirá esta semana el espaldarazo de Pablo Iglesias en un acto programado para el martes y confían en ese arreón para lograr el sorpasso al PSOE. Sus cinco ediles en la encuesta les convertirían en el tercer partido de María Pita, una vez que se confirma el desplome de Ciudadanos tras un arranque fulgurante. El bajo nivel de conocimiento de Santiago Folla-Cisneros, los problemas internos de la formación y el avance de algunas medidas polémicas de su programa, como la subida del IVA en los productos básicos, las críticas al AVE o la legalización de la prostitución han reducido de forma considerable sus apoyos y pasa de cuatro actas a un solo edil que, en todo caso, seguirá teniendo la llave de la gobernabilidad. La campaña se antoja más decisiva de lo habitual para movilizar al electorado propio.