Gayla y lo que de verdad importa

Cristina de la Vega EN BLANCO

A CORUÑA

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado jueves 19 de marzo se celebró en Palexco, por sexto año consecutivo en nuestra ciudad, el congreso Lo que de verdad importa. Para quien nunca haya asistido es difícil explicar en qué consiste este encuentro. Hay que vivirlo como todas las cosas trascendentes de la vida.

Con el regalo que es lo que de verdad importa, he conocido a algunas personas maravillosas como Amuda y Enhamed, y he revivido momentos con otras que la vida ya me había regalado antes, como Isabel de Villota y Anne Dauphin.

Pero como premio, he tenido la oportunidad de conocer a Gayla. Su melena rubia, su mirada de miel llena de ternura. Es una de esas heroínas del silencio que uno se encuentra por la vida, de las que no piden, ni siquiera añoran medallas.

Cuando conocí a Gayla me impactó su saber estar, su conciencia de obligaciones y deberes. Ya puede babear (literalmente) por algo que si está trabajando, su profesionalidad le impide hacer ademán alguno.

Lealtad

Luego supe que Gayla es bilingüe. Y que diferencia entre sus dos idiomas. El de trabajar y el de amar. Un día trabajando se clavó un cristal, pero no se quejó. Siguió leal, que es el adjetivo (sustantivo) que la define. No se sabe exactamente cuánto tiempo estuvo con el cristal en la planta, pero sé cuánto tiempo podía haber estado... lo que hiciera falta antes de fallar a su amigo.

Gayla se va a jubilar porque tiene artritis y le duele la cadera, pero para variar la vida ha sido justa, y tiene por compañero a Enhamed, el nadador paraolímpico ciego. Que tiene en su alma esa sensibilidad que te moja, y te penetra. Y cuando se jubile no irá a una residencia porque estos «animales» mueren de pena cuando se les separa de sus compañeros.

Y por un momento, por tres días, creo que la vida es justa, y que ha hecho que se encuentren.

Anímense a abrir sus corazones a las gaylas del mundo que aprenden a vivir por y para ayudar, mucho más de lo que nosotros podemos decir, ni presumir.