O Burgo renueva su túnel del grafiti

Elena Silveira
Elena Silveira CULLEREDO / LA VOZ

A CORUÑA

Elena Silveira

Después de un año, el pasadizo junto al CEIP Díaz Pardo estrena imagen

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es toda una referencia para los grafiteros de la comarca y, después de un año con los mismos colores, el túnel del grafiti de O Burgo se acaba de renovar. Los jóvenes que se mueven en el ambiente aseguran que no es habitual que un punto como este no se haya «tocado» durante tanto tiempo ya que, en otras épocas, el pasadizo bajo la AP-9 que está junto al CEIP Isaac Díaz Pardo de O Burgo cambiaba de imagen cada fin de semana. «A veces, se veía un nuevo grafiti de un día para otro pero, en general y por respeto a quien lo había hecho, dejabas pasar una semana para pintar por encima», comenta Daniel. Él, junto con otros aficionados, han dado un cambio a estas paredes, en las que el Concello de Culleredo da vía libre a la imaginación y los jóvenes pueden «entrenar los botes de espray», como expresan ellos. De hecho, en tan solo un mes, se ha llenado el paso con nuevos grafitos.

Entre ellos destaca el que firma Banek, un artista plástico de 26 años nacido en Mallorca que, de vez en cuando, viaja a Culleredo. Él explica que intenta huir de las etiquetas, pero el resto de compañeros admiran su estilo, que roza el street art. «Yo vengo del grafiti convencional. Pero no creo que haga street art, más bien lo que hago es pintura mural». Banek, estudió Bellas Artes, diseño gráfico y un máster en dibujo; y eso se nota en sus obras. De hecho, los trazos de sus grafitis recuerdan a la ilustración. «Es que me dedico a la ilustración y al cómic. Para pintar mis murales uso la pintura de espray en pincel, con ayuda de disolvente para conseguir trazos más finos». Explica que usa la calle para experimentar, para hacer «ejercicios formales donde probar el pincel», en muchos casos acompañado por Iria, su paraje, con la que firma muchos de los grafitis.

Banek, al igual que Daniel, cree que ahora tan solo aguantan en la calle los grafiteros con mucha vocación. «Antes se hacían exhibiciones, se juntaba mucha gente...», dice Daniel. Y Banek añade: «Hubo una generación que vivió la moda de los grafitis, pero la siguiente no la retomó. Ahora hacen una vida más virtual, una vida que absorbe a la gente y ya no están tanto en la calle como nosotros». Quizás eso contribuya a que tan solo sobrevivan los artistas, y no los garabatos.