Ocho días en huelga de hambre para pedir trabajo

Antón S. Rodríguez BERGONDO / LA VOZ

A CORUÑA

Enrique Llerena lleva más de una semana viviendo en su coche.
Enrique Llerena lleva más de una semana viviendo en su coche. CÉsar Quian< / span>

Un vecino de A Coruña pasa las horas en su coche en un vial de Bergondo sin comer a modo de protesta por su situación

11 nov 2014 . Actualizado a las 22:39 h.

A Enrique Llerena se la han juntado los problemas de golpe y ya no le quedan válvulas de escape. Podría ser una de las caras de la crisis, un rostro vapuleado por la falta de trabajo. Pero a la agonía económica se le suma una larga colección de denuncias por parte de su exmujer, que le reclama el pago de la manutención de la hija que tienen en común.

Por eso Enrique lleva varios días metido en su coche, aparcado justo ante la empresa ante la que, dice, trabaja su exmujer, en la carretera que une la localidad de Sada con el polígono del Espíritu Santo, a apenas un kilómetro de la N-VI. Es su manera de reclamarle que no le obligue a pagar, al menos por ahora, la pensión de la hija. «Porque no tengo ni para mí», espeta ya muy debilitado.

Solo con líquidos

El fin de semana lo pasó con la niña, pero muy cansado desde que el lunes de la semana pasada iniciara una huelga de hambre a través de la cual también pide trabajo. Ayer estuvo a punto de dar una nueva vuelta de tuerca a la extrema situación. «Dijo que también dejaría de beber», anunció Mari Carmen, una prima que vive en la localidad bergondesa de Lubre, muy cerca del lugar al que acude cada día para prolongar su huelga de hambre. Finalmente Enrique entró en razón y aseguró que continuará ingiriendo líquidos. «Porque si no ya sería mi muerte definitiva», dijo. Asegura que son sus padres los que sostienen sus gastos y los de la pensión de manutención. «Pero ellos son pensionistas, no cobran mucho, por eso pido un trabajo, eso resolvería mi problema, bueno eso y que ella [señala a la empresa que hay ante su coche] dejara de presentarme una denuncia tras otra».