Una solución para las nuevas adicciones

La Voz

CAMBRE

O Temple acoge desde hace varias semanas un nuevo centro para el tratamiento de estos trastornos

14 nov 2014 . Actualizado a las 21:31 h.

[elena silveira] A principios del mes de octubre abrió en O Temple un centro en el que tratan nuevas adicciones. Su responsable, Patricia Domínguez González, explica que están especializados en adicciones conductuales, las que se producen sin que haya una sustancia que se consuma: Internet, juego, compras compulsivas? Aclara que, en realidad, no se trata de nuevas adicciones porque la adicción en sí misma es una enfermedad y eso no es nuevo. «Porque el mecanismo a nivel cerebral es el mismo y la persona acaba perdiendo la capacidad de control, de moderar y de decidir cuándo consumir la sustancia y desarrollar cierta conducta abusiva».

Lo sabe bien Alejandro Rodríguez, un adicto rehabilitado que ahora trabaja en Motiva Adicciones y que destaca que cerca del 15 % de la población que entra en contacto con un tóxico acaba generando una adicción, una enfermedad. «Hay gente que nacemos con una predisposición genética y física que nos hace más vulnerables», indica. Pero también incide en que la adicción es «una enfermedad del cerebro, más que una enfermedad mental o del alma, como se decía antes». Rodríguez indica que el adicto pierde la capacidad de decidir, de actuar libremente. ¿Y cómo se da cuenta uno de que es un adicto? Pues cuando consumes o incides en la conducta a pesar de las consecuencias negativas. Otra señal es que los adictos desatienden las obligaciones familiares, sociales o laborales y dedican muchas horas a preparar, esconder, hacer y recuperarse del consumo. «Hay que preguntarse si uno ha dejado de hacer lo que le gusta porque el adicto es una persona que sufre», explica Alejandro Rodríguez. Recuerda que él vio casos de vigoréxicos «terribles», con lesiones físicas y mentales profundas. «Sus vidas eran una tortura», recalca.

Un tratamiento diferente

El tratamiento para los adictos conductuales es diferente a los que abusan de una sustancia: «Yo le puedo pedir a un cocainómano que no consuma de nuevo. Pero a un adicto a Internet no le puedo plantear que no vuelva a tocar un ordenador en su vida, o a un adicto al sexo que no vuelva a practicarlo nunca. Sí enseñarles a moderar su conducta», explica.

Desde el centro Motiva Adicciones alertan además de la existencia de juegos, páginas web y aplicaciones que son «altamente adictivas» para los adultos y, especialmente, para los niños. «Los niños ya compran vidas, armas? con dinero virtual. Y el mecanismo cerebral de compra se activa y se instala enseguida. Y, después, es muy fácil cambiar del dinero virtual al real», advierte Alejandro Rodríguez. Explica que cada vez se ven más casos de adicciones a juegos virtuales, apuestas on line, uso abusivo de Internet, de móviles, compras convulsivas, pornografía on line o, incluso, a las cabinas de solario. «Cualquier conducta puede transformarse en adicción por abuso. Y hay que tener en cuenta que un adicto necesita siempre ayuda para recuperarse. Es una persona enferma», dice Patricia Domínguez.

El equipo de Motiva Adicciones, que tiene su sede en O Temple