Susto para veinte niños en kayak en la bahía de Oza

Susana Acosta
S. Acosta OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

Un pescador alertó a la Guardia Civil del Mar al ver que los menores habían volcado por el fuerte viento registrado

27 oct 2014 . Actualizado a las 10:37 h.

«¿Sabes que es ver a los cativos en el medio de la bahía? Lo pasé tan mal. No sabía qué hacer y no pasó una desgracia de casualidad», comenta José Luis Galán Pereira, presidente de la asociación de pescadores deportivos del muelle de Oza, al que todavía le dura el susto en el cuerpo. Él y sus compañeros fueron testigos de lo que ocurrió el pasado viernes 17 de octubre en la entrada de la ría con una veintena de menores que practicaban piragüismo. Estaban como todos los días en el espigón esperando a ver si picaba algo cuando vieron lo que sucedía en el agua en ese momento. «Había un viento fortísimo, unos 40 nudos. No podíamos ni pescar. Y vi un montón de gente en kayaks. Luego supe que eran niños. Comenzó el viento a soplar tan fuerte que las embarcaciones empezaron a tumbarse. Y arrastraba los chavales hacia la bahía de Oza. Unos se fueron hacia las rocas, hacia el espigón, otros hacia la playa, otra chica se quedó en medio y otros entraron por la fuerza del viento dentro del muelle de Oza. No fueron capaces de arrimarse y los llevó el agua hacia un pantalán», explica este pescador que se asustó tanto que dio aviso a la Guardia Civil del Mar, cuya embarcación estaba atracada a escasos metros de donde él estaba.

Dos lanchas al rescate

Inmediatamente, el cuerpo armado salió con su lancha y rescató a dos menores. Según informó la Guardia Civil, la embarcación del club de piragüismo que estaba llevando a cabo la actividad recogió al resto de menores que habían volcado. Todo quedó en un susto, pero a Galán no se le quita la imagen de la mente.

Por su parte, el portavoz del club explicó que las previsiones meteorológicas no daban rachas de viento tan fuertes como las que se registraron en el momento de estar en el agua y asegura que la situación estuvo bajo control en todo momento. «La ayuda de la Guardia Civil también fue fundamental porque permitió que se tardara menos en recoger a los chavales. Los vientos eran de mayor intensidad de lo que habían dado las previsiones porque lo que nos encontramos en el agua era una alerta roja, que no estaba prevista. Fue un incidente y no hubo heridos, aunque sí se registraron momentos de nerviosismo. Los chavales se fueron a casa creyendo que habían vivido la mayor aventura de sus vidas», indicó el representante del club de piragüismo, que aclaró también que en todas las actividades que realizan con menores hay un monitor por cada cuatro alumnos y que la situación de ese día se recondujo rápidamente.