Un día tardó la Xunta en encontrar una partida para la ría del Burgo, de esas que no tiene mucha pinta de ejecutarse de verdad. Mientras tanto, una de las potencialidades más importantes del área metropolitana coruñesa sigue acumulando lodos y basura en lugar de aportar riqueza y atractivo a toda la comarca.
A diez kilómetros, la depuradora de Bens ha servido para reducir las emisiones contaminantes tras una inversión de más de un centenar de millones de euros. Su funcionamiento es ejemplar y en su consejo de administración se sientan los alcaldes de A Coruña, Oleiros, Cambre y Culleredo, además del representante de Arteixo, que son los cuatro municipios ribereños. Quizá esta sociedad anónima de titularidad pública puede convertirse en una herramienta útil para diseñar un verdadero plan de recuperación y ejecutarlo en lugar de seguir perdiendo el tiempo, y los fondos, con estudios y paripés.