Todo quedó en un susto. Nadie resultó herido. Pero el fuego destruyó el salón de un piso en María Pita. Eran las 7 de la tarde cuando el vecino del tercero del número 12 vio como explotaba su televisor y en segundos las llamas alcanzaban las cortinas. Ya era imparable. El fuego se propagó con rapidez. Con la misma que el dueño del inmueble abandonó la vivienda. Lo hizo junto al resto de vecinos del edificio, que al escuchar la explosión y ver la gran humareda que salía por la ventana del tercero, se echaron a la calle.
Los bomberos llegaron de inmediato. Lo hicieron en tres camiones. Cuando llegaron, las llamas salían por la ventana del tercero. Mientras unos atacaban las llamas desde el interior, otros lo hacían desde la escalera de uno de los camiones. Todo el trabajo fue seguido por los vecinos, que se fueron tranquilizando una vez que les informaron que nadie había resultado herido.
El fuego destruyó por completo el salón del piso afectado y el humo ennegreció toda la vivienda. De hecho, las ventanas del salón donde se produjo el incendio dan a María Pita y el humo salía por las cristaleras de Puerta Real, pues el piso da a ambas calles.
Una de las vecinas, la del cuarto, relataba minutos después que se encontraba en casa cuando escuchó una gran explosión seguida de una humareda que le cubrió toda su galería. «Cogí a mi perro en brazos y bajé corriendo las escaleras», recordó.