Aprendiendo valores montando a caballo

[E. mouzo]

A CORUÑA

En el centro hípico Finca Abrigosa, de Carral, aprenden equitación niños desde dos años

13 oct 2014 . Actualizado a las 18:32 h.

[Emiliano Mouzo] No solamente la escuela, el colegio diario, nos permite orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Y son muchas las alternativas que existen para ayudarnos a vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas.

Una de estas opciones se encuentra en Carral, en el centro hípico Finca Abrigosa. Y muchos padres ya optan por que sus hijos aprendan a comportarse, a relacionarse con los demás montando a caballo. Sí, a lomos de este noble animal «nuestros hijos aprenden a amar la naturaleza, a respetarla, a amar a los animales, y se educan compartiendo todo, absolutamente todo con los demás niños», indicó Martín, el padre de Natalia Vázquez Rodríguez, de tan solo tres años.

La pequeña ya lleva uno aprendiendo a montar a caballo. Pero no solo trota a lomos del animal: «Llegamos a las diez de la mañana y estamos hasta la hora de comer». Durante ese tiempo Natalia, Pablo, Sandra... «le dan de comer a los animales, les asean, incluyendo los cepillan», comenta la mamá de Pablo Matos Amigo, que acaba de cumplir 4 añitos.

Casi ninguno de los niños teme subir a la silla de montar, «a no ser el día de su bautizo a caballo». Pero el temor le dura tan solo unos cuantos pasos del caballo, «porque elegimos para esta ocasión a los más mansos», cuenta José Luis Rama, uno de los profesores de equitación de la Finca Abrigosa.

Cuenta Rama que además de todos los valores que pueden desarrollar los más pequeños, «es muy importante destacar el aspecto físico de este deporte». La posición del cuerpo en la silla, erguido, «es una gran terapia para prevenir los problemas de espalda cuando sean mayores, una de las enfermedades de nuestros días que más afecta a nuestra sociedad», subrayó Rama.

Y porque no recordar el entorno en el que los pequeños practican sus primeros ejercicios de equitación: «Naturaleza por los cuatro costados, abiertos al campo, a los pinares, aire limpio y sano», señaló Martín.

Los más pequeños jinetes y amazonas del centro hípico Finca Abrigosa, de Carral. Natalia, con las manos levantadas solo tiene 3 años, Pablo acaba de cumplir 4

Los niños practican todas las modalidades del deporte equino. «Además de aprender a montar, trotando, los pequeños también se inician en salto, en el proceso de doma de los caballos, y realizamos rutas por todo el entorno de las instalaciones» de Finca Abrigosa, señaló José Luis Rama. Y recordó que si a los pequeños «les tira, pueden desarrollar este deporte cuando sean adultos», subrayó.