Begoña Peñamaría: «No soy una niña pija a la que los papás montaron una tienda»

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

07 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

U na y otra vez el tema de los hijos aparece en la conversación. «Soy una madre cariñosa y exigente. Ellos son mi gran preocupación. Intento protegerles de todo lo que pueda dañarles. Quiero que todo vaya por el camino correcto», comenta la diseñadora, y desde hace poco escritora, Begoña Peñamaría Marcos, de 43 años. Los pequeños ya no son tan pequeños. La niña tiene 13 y el niño 9. «Con ella estamos empezando la adolescencia», suspira. Charlamos en el Café de Macondo de la calle San Andrés, donde se respira un agradable ambiente artístico. «Estoy a punto de terminar otro libro, que no tiene nada que ver con el anterior, que es irrepetible. La protagonista es una mujer egoísta, algo desequilibrada y malvada. Todo es fruto de la imaginación. Escribir es una profesión solitaria, estoy deseando acabarlo para ponerme en contacto con las editoriales. Tengo ganas de expresar lo que siento», destaca Begoña, cuyo primer libro, Dejadme marchar, abordaba la enfermedad y muerte de su hermano Sergio. No hay un solo día en que no piense en él. Lo tengo a mi lado», asegura Begoña. Confiesa que es una mujer emotiva. «Lloro con bastante frecuencia. Soy muy sentimental».

Trajes de novia

Hace 18 años, dos antes de casarse, abrió la tienda de trajes de novia y fiesta. «No sé lo que es dejar de trabajar un solo día. Parecía que era un juego y es algo serio. Hubo un par de años complicados, pero de un tiempo a esta parte noto mejoría. Cada vez vienen más novias de más sitios de Galicia. Es un negocio pequeño, hacemos unos 50 modelos al año, rentable y controlado. No soy una niña pija a la que los papás montaron una tienda. Nadie me ha regalado nada. Quien no me conoce seguramente me verá como una chica pija. Seis días después de dar a luz ya estaba en la tienda», sentencia. Guarda el vestido de su boda y sueña, porqué no, con llegar a diseñarle el vestido de novia a la infanta Leonor. «Tengo facilidad para ver por dónde van a ir las tendencias. Si voy a una boda y la novia va cursi o no le sienta bien lo que lleva no digo nada, lo importante es que ella está feliz», reflexiona. «No me gusta que me critiquen y no critico a los demás».

Muy ordenada

Se declara «ordenada. Sencilla. Buena amiga. Agradecida. Creativa». Le gusta leer. Ahora mismo está con El guardián entre el centeno. «Soy devoradora de novela negra». Escucha mucha música. «Me apasiona Julio Iglesias, porque no decirlo, el pop español de los ochenta, Bob Dylan y el jazz». Dice que su marido practica bastante deporte, pero ella nada. «Me cuido lo normal. A partir de los 40 no te puedes cebar a bollería». Me cuenta que hace unos años utilizaba más el whatsapp que ahora y se declara una persona feliz «que me renuevo constantemente». Su abuelo, Sergio Peñamaría, fue alcalde de la ciudad y acuñó la frase La Coruña, ciudad en la que nadie es forastero. «Me gustan muchos lugares pero soy una enamorada del Castillo de Santa Cruz. Me encanta la vista desde el Preludio», asegura Begoña Peñamaría.