La gran mayoría de los arrestados por la oleada de saqueos en la ciudad están en la calle, solo cinco fueron a prisión
02 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Las dos últimas personas detenidas por la Policía Nacional por la oleada de robos en pisos que recorre la ciudad, están ya en la calle, y seguramente muy lejos de A Coruña, tal vez buscando más viviendas en las que entrar en otras ciudades.
Al parecer ambas jóvenes, arrestadas la semana pasada cuando fueron cogidas tratando de abrir una puerta, salieron en libertad con cargos, acusadas de un robo en grado de tentativa, una figura a la que el código penal ofrece un tratamiento muy suave y que casi nunca suele implicar prisión provisional. A lo sumo, libertad con cargos.
Las dos mujeres, de 19 y 22 años, dieron como domicilio donde localizarlas la Cañada Real, un asentamiento chabolista en Madrid donde, obviamente, no van a ser encontradas, lo que hará prácticamente imposible que algún día lleguen a sentarse ante un juez.
El problema de las dos últimas detenidas no es nuevo. Otros ciudadanos de la misma nacionalidad siguieron su mismo camino, al igual que otras personas del este de Europa arrestadas desde que se inició la oleada de asaltos. En total, 12 personas fueron apresadas por agentes de la Policía Nacional, pero la acción policial es una cosa y la judicial, otra. Por ello la gran mayoría de las personas vinculadas por los agentes con los asaltos están ya libres.
De los 12 arrestados tres son españoles y solo uno está en la cárcel -al menos estaba allí la semana pasada- otros cuatro croatas acabaron también en prisión provisional y tres más salieron finalmente libres y sin cargos, ya que no fue posible reunir pruebas contra ellos.
No está claro si las dificultades para encarcelar a los ladrones de pisos está detrás de que, pese a las medidas anunciadas, se mantenga el ritmo de robos y tentativas en la ciudad. En las últimas semanas, pese a la alarma creada, lejos de disminuir, aumentó.
Reunión vecinal
El subdelegado del Gobierno, Jorge Atán, y mandos policiales, se reunieron el pasado viernes con representantes vecinales para exponerles la situación. Desde la subdelegación recomiendan extremar las medidas de prevención para dificultar el trabajo a los cacos. Además, aseguró que se había reforzado el servicio desde el comienzo de la oleada, aunque no cuantificó cómo.
En todo caso, Atán insistió en que A Coruña sigue estando por debajo de la media nacional en criminalidad, y recordó que hubo cerca de 25 detenciones relacionadas con los robos en viviendas desde principios de año, casi la mitad en los últimos dos meses. Pese al esfuerzo, los cacos siguen operando y repartiendo sus acciones por todos los barrios de la ciudad, a veces incluso dando varios golpes en el mismo bloque de viviendas. Algunas fuentes cifran en torno a 200 las denuncias presentadas. Los sindicatos policiales CEP y SUP ya criticaron en su día la falta de previsión y demandaron refuerzos de plantilla, especialmente en la brigada judicial. Mostraron también sus dudas sobre las estadísticas oficiales que, dicen, pueden estar «maquilladas».
En las últimas semanas los cerrajeros que trabajan en A Coruña han recibido un considerable aumento de la demanda de nuevas cerraduras. La policía ha constatado que los ladrones casi siempre optan por pisos con un mismo tipo de cierre que se han hecho expertos en abrir sin ruido y sin daños en uno o dos minutos.
Entre las medidas que recomiendan desde el gremio figura, por ejemplo, la instalación de un cerrojo de llave. Se trata de la opción más económica y seguramente suficiente para disuadir a unas bandas que van a lo fácil.