«Si al ignorante prepotente le das poder, ya tenemos la tragedia»

Eduardo Eiroa Millares
eduardo eiroa A CORUÑA

FIRMAS

CESAR QUIAN

Su trabajo se centra en ofrecer métodos para trabajar con sistemas complejos

02 sep 2014 . Actualizado a las 09:38 h.

Muchas de las cosas que dice José Manuel Pérez Ríos (A Coruña, 1948, aunque él especifica el barrio: Monte Alto), parecen de sentido común una vez que se escuchan. Lo malo es que a muchas personas que deben tomar decisiones importante, esos razonamientos les son ajenos. Catedrático de Organización de Empresas en la Universidad de Valladolid, lo suyo son los enfoques sistémicos para entender sistemas complejos y permitir organizaciones viables o, dicho en palabras más sencillas, proporcionar métodos útiles a quienes deben tomar decisiones -empresariales, políticas...- para que lo hagan con las mejores garantías. Es, además, autor de varios libros y director de la World Organization of System and Cybernetics.

-¿Y qué hace la cibernética en medio de todo eso?

-La palabra cibernética nada tiene que ver con los aparatitos electrónicos, como muchos piensan. Viene del griego kybernetes, que significa timonel, así que es la ciencia de quien lleva el timón, la ciencia del gobierno.

-¿Qué son los sistemas complejos?

-Todo lo que nos rodea son sistemas: elementos en interacción dinámica. Es importante entender que en esas estructuras interrelacionadas, si tocas algo, afecta a todo, y por su complejidad esos efectos no tienen proporcionalidad ni linealidad. Quienes toman decisiones tienen que hacer frente a toda ese complejidad. Dirigir es enfrentarse a ello.

-¿Hay claves para enfrentarse a esa problemática?

-La complejidad de los sistemas se mide por la variedad y esta solo se controla con variedad. La calidad de las decisiones de los directivos nunca puede ser mejor que la de los modelos que utilizan.

-Habrá gente que tome decisiones sin modelo alguno...

-El ignorante prepotente es el arquetipo de eso. Si al ignorante le das poder ya tenemos la tragedia.

-¿Cómo ayuda el enfoque sistémico?

-No es más que un arsenal de conceptos que permite aplicarlo donde venga a cuento, una herramienta para dirigir mejor.

-Póngame un ejemplo de complejidad de un sistema.

-La implantación del coche eléctrico, por ejemplo, es dinámicamente compleja. El que crea que basta con desarrollar técnicamente el vehículo se equivoca. La complejidad está ahí en muchos niveles y hay que abordarlos todos juntos para que funcione: las estaciones de servicio, el papel de los combustibles... Si al final sabes qué es lo que tienes que tener, consigues un sistema viable.

-¿Qué tal se lleva la política con este tipo de teorías?

-En el plano político esto es para llorar. Este sistema permitiría enfocar y ayudar a solucionar problemas. Además, el modelo de organización es recursivo, una vez entendido uno, se entienden todos los niveles, y proporciona un lenguaje común con el que la comunicación es rapidísima, porque antes se han definido esos niveles. Sería muy útil, por ejemplo, en los debates sobre política autonómica, porque con estas herramientas todos sabrían de qué hablan. Además, por primera vez en la historia de la humanidad hay la tecnología para tener datos en tiempo real, para poder meterle mano a la complejidad de las cosas con garantías.

El profesor Pérez Ríos no se ha quedado solo en el desarrollo de un marco teórico. También ha puesto en práctica sus conocimientos en diversos temas, uno de ellos vinculado a A Coruña. Se trata de la aplicación de su modelo para organizar el desarrollo de la Universidade da Coruña.

-¿Qué fue lo que hicieron?

-Primero dividimos la complejidad verticalmente. Una universidad tiene muchos niveles de interacciones en muchos ámbitos: con su entorno directo, con la empresa, con el desarrollo económico, con su comunidad. Establecimos el territorio de Galicia como el primer nivel de recursión y desde ahí fuimos bajando.

-¿Hasta dónde?

-La siguiente escala la definimos como la región urbana A Coruña-Ferrol, el siguiente, A Coruña ciudad, después el campus, y al final cada edificio.

-¿Qué se hace con esas ideas?

-Trabajar las necesidades específicas de cada nivel. Por ejemplo, entendiendo la región urbana, surgen aspectos relevantes para tratar como el transporte. Ahí actuamos y se mejoró mucho. También en la relación directa con la ciudad, buscando una mayor unidad arquitectónica, y a nivel campus también se mejoró sensiblemente con poca inversión. Por ejemplo, en Arquitectura se buscó conscientemente una mayor interrelación con otras facultades y se eliminaron los coches del frente.

-¿Dio buen resultado?

-Mejoró mucho en ocho años, pero cambió el equipo directivo y se paró. La crisis tampoco ayudó. Pero el sistema fue bueno, tanto que la universidad de St. Gallen, una de las mejores de Suiza, estudió nuestro modelo.