Los conductores más incívicos apuran los días de adaptación

X. Gago / E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Vehículos sin acreditar todavía inundan algunas calles mientras otros estacionan en prohibido o en carga y descarga

20 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Vamos a tener que hacer algo con los reincidentes», decía ayer un mando de la Policía Local que vestido de paisano recorría por la mañana la Ciudad Vieja, para comprobar de forma discreta la marcha de la peatonalización. Un proyecto que ha arrancado con ciertas resistencias, por una parte de conductores incívicos, que parecen dispuestos a aprovechar hasta el último día de plazo para dejar su coche, no ya en un barrio en el que no deberían de estar, sino delante de señales de prohibido o en zonas de carga y descarga. Por otra parte de algunos afectados, que solo le han encontrado problemas al proyecto ahora, cuando ya está en marcha.

Mientras unos aparcan donde les cuadra y otros dejan escapar alguna protestas con argumentos más o menos elaborados, la Policía Local sigue poniendo decenas de papelitos en los que informa de lo que hay, que hay decenas de coches en la zona aparcados sin permiso y que de seguir así, serán multados y retirados.

Así será desde el próximo lunes, cuando acabe la semana de adaptación prometida por el Ayuntamiento, pero quizá los reincidentes se lleven antes alguna sorpresa desagradable.

Claro que no solo la policía deja papelitos. También los colocan los vecinos del barrio que no han podido hacerse aún con las tarjetas que permiten aparcar. «Tarjeta de residente en trámite», dice un lacónico mensaje dejado en un salpicadero. Otros se esmeran con las explicaciones: «Tarjeta de residente solicitada el jueves 14 pendiente de que nos la manden. En el Ayuntamiento me dicen que puedo aparcar, que esta semana no hay problema. Si no me llega esta semana, que reclame», dice otro folio manuscrito que un residente ha dejado para la Policía Local.

El intercambio de mensajes entre vecinos y agentes no es lo único curioso que ocurre en la zona. Ya hay calvas en el antaño tupido manto de coches y es posible que lleguen a ser mucho más grandes. Así lo cree el mando de la policía que ayer recorría la zona, sorprendido por los pocos coches que lucían acreditación: «¿Dónde están las 400 tarjetas que hemos dado?». Quizá muchas estaban en vehículos alejados del barrio, propiedad de vecinos que se habían marchado a trabajar o de vacaciones. Si fuese así, se confirmaría la teoría de que la mayoría de los automóviles que invaden a diario el casco antiguo son de residentes de otras zonas que lo usan de aparcamiento gratuito, uno de los pocos que quedaban en la ciudad.

Ese privilegio para unos pocos, no tanto para los vecinos y los turistas que apenas podían caminar entre los coches, se acabará en los próximos meses si el plan del Ayuntamiento llega a buen fin. No será fácil, las resistencias al cambio siguen ahí, por muy ilógicas que resulten cuando el de A Coruña es el único casco histórico de las ciudades gallegas que estaba totalmente desprotegido ante la invasión del tráfico. Las mejoras llegan «30 años tarde», insisten desde el gobierno local, que va a seguir adelante para evitar un fiasco como el de los bolardos del anterior mandato.

A la izquierda, uno de los mensajes que están dejando los vecinos que esperan la acreditación para aparcar, en el que informa a los agentes que ya la tiene solicitada. A la derecha, una de las advertencias que está dejando la Policía Local en los parabrisas de los vehículos estacionados sin permiso y en el que avisan de lo evidente, si los infractores siguen igual, tendrá que haber multas.