Fenosa amenaza con derribar la chimenea de la térmica de Sabón

Pablo Barro ARTEIXO / LA VOZ

A CORUÑA

La chimenea de la central de Sabón se eleva cientos de metros sobre el nivel del mar en un entorno privilegiado.
La chimenea de la central de Sabón se eleva cientos de metros sobre el nivel del mar en un entorno privilegiado. césar quian< / span>

La puesta en marcha de un ciclo combinado y la directiva europea de grandes instalaciones de combustión dieron la puntilla al sistema de fuel

03 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuatro décadas después, cuando todo el mundo se había acostumbrado a su presencia, los doscientos metros de hormigón de la chimenea de la central térmica de Sabón están condenados a desaparecer. Levantada en 1972 en un entorno privilegiado, tenía como función dispersar en el aire los vapores producidos por la planta de fuel. Pero se cruzó en su camino la directiva europea de grandes instalaciones de combustión, que establecía que las centrales que no invirtiesen en contaminar menos deberían cerrar antes del próximo año.

Gas Natural Fenosa, propietaria de la instalación, decidió entonces apostar por un ciclo combinado de gas que, a pesar de reducir de 470 a 400 megavatios la capacidad de generación, reducía a la tercera parte las emisiones.

En el año 2010 se hizo efectivo el cierre de los Grupos I y II de la central térmica de Sabón y se puso en marcha el Plan de Desmantelamiento y el Programa de Vigilancia Ambiental en fase de Desmantelamiento como requisito previo al inicio del desmantelamiento.

Proceso en marcha

En una primera fase, ya finalizada, la compañía procedió a retirar el fuel y otros fluidos de los tanques y a limpiar las balsas de homogeneización y precalentadores con el fin de dejar las instalaciones en condiciones seguras. En la actualidad, trabajan en la retirada de los aislamientos térmicos, una labor que esperan concluir antes de que finalice el año y que es el paso previo al desguace y desmantelamiento de lo equipos. El resto del proceso de desmantelamiento y demolición arrancará una vez cuenten con las autorizaciones pertinentes, que ya han sido solicitadas.

El presidente de la Asociación Galega de Patrimonio Industrial, Manuel Lara, señala que la destrucción de cualquier elemento «siempre es una pérdida. Aunque no tiene un singular valor arquitectónico, siempre es un ejemplo de lo que representó». No obstante, Lara explica que por su proximidad al mar y por la alta corrosividad del fuel, es una estructura «difícil de mantener» ahora que ya no tiene uso.

De momento no hay fecha prevista para la demolición de la chimenea de la central de Sabón. Como explican desde la compañía, primero se procederá a desmantelar los equipos y después se trabajará en la parte estructural. Será entonces cuando el paisaje de Sabón empiece a experimentar cambios significativos.

Los depósitos serán de las primeras estructuras en desaparecer del borde litoral. La demolición de la chimenea es un proceso más complicado. Debido a las limitaciones de espacio en la planta, la voladura parece casi descartada. Lo más probable es que se desmonte por piezas. Será así como desaparezca la construcción que corona desde hace décadas el cielo de la comarca coruñesa y que ha sido durante todo este tiempo el testimonio en hormigón del poderío de la empresa y, en general, del sector energético gallego.