«Le gustaba fingir ser violada», dijo el acusado de abusar de su exnovia

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La víctima denunció que la agredió en Miño tras exigirle «una última relación»

10 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El joven miñense que ayer ocupó el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial porque su exnovia denunció que la había violado respondió a preguntas del fiscal no solo que jamás le haría algo semejante, sino que a ella «le gustaba fingir ser violada cuando mantenían relaciones». Ni el fiscal ni la acusación particular le creen una palabra, de ahí que soliciten que sea condenado a nueve años de prisión como autor de un delito de agresión sexual.

La relación entre el procesado y la víctima era insostenible en abril del 2011, según reconocieron ambos. La víctima no podía seguir con alguien que se drogaba. Vivían juntos en un piso de la calle Real de Miño y las discusiones eran diarias hasta que llegó el día en que ella le puso las cosas claras y decidieron irse cada uno por su lado. Ella con sus padres y él se quedó en la vivienda. Estuvieron unos días distanciados hasta que el 23 de abril de aquel año, se citaron en la playa porque ella tenía que recoger algunas pertenencias.

Una vez en el piso, las versiones se distancian. El joven dice que lo único que pasó allí es que mantuvieron relaciones consentidas por ella y luego discutieron por los motivos de la ruptura. Hasta que luego se fue cada uno por su lado.

La víctima, en cambio, afirmó que una vez en la vivienda, su ex pareja cerró la puerta con llave por dentro y le dijo: «Quiero hacerlo contigo por última vez». No era una petición ni una sugerencia. Era una orden. No le importó que su expareja se negara en rotundo. Si no era por las buenas, lo haría por las malas, según las acusaciones. Así que la cogió en brazos y la llevó al dormitorio pese a la fuerte resistencia de la víctima. Allí la echó sobre la cama. Y añade la chica que tras romperle la cremallera de los pantalones, se los quitó. La agarró con fuerza por el cuello y la violó.

La víctima ofreció mucha resistencia, comentó. Llegó a producirle un fuerte mordisco en el hombro y le alcanzó con alguna patada. Pero sirvió de poco.

Al terminar, el procesado le pidió que lo llevase a comprar droga, pues quería consumir. La joven le respondió que sí, pero inmediatamente echó a correr y pudo abandonar el piso y pedir auxilio. Fue trasladada al hospital y allí le diagnosticaron equimosis en cuadrante superinterno de mama izquierda. No hallaron más lesión que esa, atestiguaron los forenses.

La joven añadió que tras ser violada llamó a una de sus mejores amigas, que la acompañó al hospital, y luego a un chico con el que estaba empezando a salir. Juntos se fueron a Betanzos a cenar, «ilógico» para una recién agredida, apuntó la defensa.