Nadie irá a la cárcel por el caso del vídeo sexual de Ordes

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La víctima recibirá de los acusados una indemnización de 24.000 euros

28 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Había 18 personas sentadas en el banquillo y nadie pisará la cárcel. Ni el técnico informático que robó el vídeo del ordenador de la víctima y lo empezó a repartir entre sus amigos, ni el tabernero que lo expuso a sus clientes, ni el de protección Civil que lo emitió en las instalaciones municipales, ni el que lo reprodujo en la piscina del concello. Ni siquiera ingresará en prisión el que colgó las imágenes en Internet para que se pudieran ver desde San Salvador al último pueblo de la Patagonia. Una vez más, el retraso judicial -han pasado diez años de los hechos- obligó a la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña a aplicar la atenuante muy calificada de dilaciones indebidas, por lo que las penas van desde el año y nueve meses para el principal encausado (el técnico informático), a los siete meses. Todos ellos, como autores de los delitos de descubrimiento y revelación de secretos. Como carecen de antecedentes, evitan la cárcel.

Según aparece en la sentencia, los hechos ahora condenados se remontan a junio del 2004, cuando la joven tenía 21 años, y se grabó a sí misma un vídeo sexual con una cámara. Creó cuatro archivos personales de vídeo en su ordenador que más tarde envió a la papelera de reciclaje. Pero no las eliminó. Tres meses después, la chica llevó el ordenador a la tienda de informática Ordes Dixital para la instalación de una grabadora de cedés.

En el establecimiento trabajaba como técnico informático el acusado Javier Mosquera, quien a espaldas del titular del local, localizó las imágenes y las copió, entregando una transcripción en cedé a dos de sus amigos, «generando así la expansión pública en el pueblo de Ordes y en Internet», según reza la sentencia.

Los cedés se multiplicaron y en los siguientes meses se organizaron incluso exhibiciones en domicilios particulares y hasta en la piscina municipal. También en las instalaciones de Protección Civil, donde uno de sus miembros puso el vídeo en el ordenador para que lo vieran hasta nueve personas. Se llegó a reproducir en una bodega a todos sus clientes. Por si todo eso no fuera suficiente, el vídeo en cuestión llegó a Internet. También gracias a un vecino de Ordes, que se encargó de colgarlo en una página y de ahí pasó a muchas otras.

Daño moral

Concluye la sentencia de la sección primera de la Audiencia que «como consecuencia de los hechos, una proporción importante de la población de Ordes tuvo constancia o vio el vídeo de su vecina, que actualmente aún se encuentra en diversas páginas de Internet. A causa de esta publicidad local, la joven cambió su residencia y sufrió daño psíquico por estrés cronificado que se reinstaura y tiene carácter permanente; estando afectadas sus relaciones sociales».

Por ello el tribunal condena también a los procesados a que indemnicen a la víctima en 24.000 euros, de los que casi la mitad le corresponde al principal encausado, al técnico informático. Defendido por el penalista Jorge Vázquez Vila, el fiscal pedía que fuese condenado a 8 años de prisión. Finalmente, el castigo le quedó en una pena inferior a los dos años y, al carecer de antecedentes, no ingresará en prisión.

Durante el juicio, los acusados justificaron sus acciones porque entre los rumores que circulaba estaba que ella misma lo había suministrado para pagarse la carrera, que lo hizo su novio o, incluso, sus amigas por despecho.

«En Ordes deso hai moito», indicó uno de los acusados, coincidente con otras declaraciones, que aseguraban que otros vecinos subían vídeos íntimos a la Red para lograr ingresos. El técnico informático negó la mayor y dijo que le fue suministrado en un chat, aunque reconoció que lo grabó y lo pasó a amigos.