Una piscina entre el cloro y el lodo

maría ballesteros OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Los vecinos de Xardín de Nós denuncian que el agua de la lluvia y la tierra invaden el depósito por el desnivel de la acera

31 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los niños de la urbanización Xardín de Nós, en la parroquia de San Pedro, esperan ansiosos el 1 de junio, fecha en la que cada verano abre la piscina de este grupo de 140 viviendas. Desde hace dos años, sin embargo, la ansiedad de los niños convive con la preocupación de los mayores por el estado en el que se van a encontrar el vaso tras las lluvias del inverno, que arrastran tierra y hojas a la parcela debido al desnivel que existe en la acera.

El origen está, según los vecinos, en una rotura de tuberías que se produjo en la primavera del 2012 y que provocó que el bordillo quedase hundido hasta casi el nivel de la calzada en un punto hasta el que descienden las aguas pluviales desde las calles de la urbanización, que se encuentran en pendiente.

«El alcalde me contestó que está todo bien, que hay recogida de pluviales en la calle. Y yo le dije que venga a verlo», explicaba ayer Charo Sánchez Carro al pie de la rejilla, que no da abasto para desaguar el agua de la lluvia y donde además se acumulan las hojas de los aligustres, dificultando aún más la evacuación, según relata esta vecina en nombre de la comunidad.

Elevados costes

Aunque la piscina abre solo de junio a septiembre, el mantenimiento se realiza durante todo el año, lo que hasta el año 2012 permitió que el agua se mantuviese en condiciones tratándola con diversos productos. Desde la rotura de las tuberías, el vaso, que se mantiene tapado con una lona, debe vaciarse para poder limpiar todos los lodos que se acumulan en el fondo y volver a llenarla, lo que ha disparado la factura de agua de la comunidad hasta los 2.500 euros, denuncian los residentes.

«José Luis [Cancela, responsable del mantenimiento] tiene que empezar casi un mes antes a limpiar y está aquí todos los días», relató la vecina en presencia del empleado, quien aseguró, por su parte, que durante el invierno ,cuando el agua baja por la finca, «se forma un río».

Los problemas de esta parcela no son, sin embargo, los únicos que denuncia la comunidad de propietarios. «Este Ayuntamiento nos está ninguneando», resume Charo Sánchez, mientras muestra el estado general en el que se encuentran las aceras, con numerosas piezas del pavimento levantadas y vegetación creciendo entre ellas. «¿Sabes por dónde van los niños? Por el asfalto, para no tropezar», asegura la vecina, quien recuerda que una de las residentes tiene graves dificultades para desplazarse por la urbanización con su hija, que utiliza una silla de ruedas.

Los residentes también alertan del riesgo que representan los pinos situados en la parte baja de la urbanización que, según el responsable de mantenimiento del jardín común, están afectados por el gorgojo, una plaga que va secando progresivamente los árboles. «En cuanto haya un poco de aire, los pinos pueden caer porque las coníferas no tienen una raíz muy profunda», explica José Luis Cancela, quien señala que este tipo de árboles deben estar a al menos 50 metros de las casas, lo que no ocurre en Xardín de Nós.