Los voluntarios colocan una protección para evitar daños en la parcela municipal
18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El huerto urbano de Cambre, en el que se desarrolla el proyecto Labrega Social, ha sido víctima en los últimos meses de un grupo de conejos salvajes que ha visto en estos cultivos ecológicos una excelente fuente de alimentación. La cosecha de invierno resultó seriamente dañada, por eso los voluntarios que se encargan del cuidado del huerto han decidido atajar esta situación. Su solución: vallar los tres laterales del recinto que no cuentan con protección. Para acometer estos trabajos, han tenido que pedir la colaboración del Concello, que se encarga de suministrarles el material. En total serán 150 metros de valla cinegética, que impide el paso del animal sin que le produzca ahogamientos ni cortes. Además, habilitarán una puerta de acceso peatonal al recinto y otra, de unos cinco metros de ancho, para el paso de camiones y maquinaria.
Eva Domínguez, coordinadora de los voluntarios que trabajan en el huerto solidario, explica que previamente han tenido que cavar una zanja con el objetivo de soterrar la protección contra conejos varios centímetros y evitar así que la puedan rebasar por debajo. El pasado lunes procedieron a clavar las estacas y a colocar parte de la malla. No obstante, tuvieron que interrumpir su trabajo por la falta de material.
El «ataque» de los conejos les está retrasando los cultivos de temporada. La tierra está preparada para dar pimientos, judías tomates, acelgas, lechugas o apio, entre otros productos. Sin embargo, hasta que el recinto no esté cerrado, no plantarán. A esta dificultad se suma la disponibilidad de mano de obra y maquinaria. Trabajan en él ocho voluntarios que acuden con cierta regularidad y otros que lo hacen cuando sus otras ocupaciones se lo permiten. La carencia de maquinaria les obliga también a depender de terceros. Ahora, por ejemplo, están a la espera de que el motocultor tenga un hueco en su apretada agenda para poner el huerto a punto.
Cultivo en ecológico
Los productos que salen de la huerta cambresa son todos ecológicos. Salvando los conejos, el resto de animales, como por ejemplo los insectos, se ahuyentan con plantas repelentes como la caléndula, la capuchina o el tajete. No se emplean productos fitosanitarios, por lo que la producción depende en gran medida del tiempo y de las plagas. Los domingos por la mañana y los lunes por la mañana es cuando se recolecta. Su destino: la despensa municipal de Cambre, de ahí su vertiente solidaria.