Cambre tarda dos años en sustituir la valla por la que cayó un menor

Pablo barro CAMBRE / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La demora se debió al retraso en la aprobación de las cuentas del 2013

24 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los operarios de la empresa Auximega, con sede en Carral, se encuentran estos días en la plaza Manuel Lugrís, en la parroquia cambresa de O Temple, instalando la nueva barandilla. Se trata de una solución que dota de mayor seguridad a la plaza, que cuenta con importantes desniveles y que, hasta la fecha, contaba con un vallado consistente en unos hilos metálicos horizontales con un considerable espacio de separación entre ellos que representaba un riesgo importante para los pequeños que juegan habitualmente en este espacio público.

Precisamente, fue la caída de un menor en el año 2012 la que motivó el cambio de diseño del vallado. El niño, de tan solo 2 años de edad, se precipitó desde una altura de casi tres metros después de que su triciclo se enganchase en la valla que supuestamente debía protegerle. El pequeño, afortunadamente, solo sufrió contusiones leves, pero el susto fue mayúsculo.

Desde entonces han transcurrido más de dos años sin que el Concello de Cambre haya tomado ningún tipo de medida preventiva para evitar que se repitiesen sucesos similares. Esa inacción ha sido criticada desde la oposición, como también el hecho de atribuir al retraso en la aprobación de las cuentas del 2013 la demora en la sustitución de esta infraestructura.

El Concello de Cambre inició el proceso de contratación del nuevo vallado en marzo del 2012, aunque no fue hasta el pasado mes de enero cuando adjudicó los trabajos a la empresa Auximega. La tardanza en la adjudicación se debió a que la obra estaba consignada en los presupuestos del 2013, pero las reticencias de la oposición a aprobarlos, con moción de confianza incluida, provocó que esta obra se dilatara en el tiempo.

El montante total de los trabajos asciende a 24.357,30 euros, cofinanciados por la Diputación de A Coruña. El alto coste de la actuación -hay que cambiar más de 180 metros de barandilla- obligó al Concello a realizar una serie de trámites administrativos adicionales, como la elaboración de un informe técnico o sacar a concurso los trabajos, con los plazos legales que ello conlleva.

A pesar de que la barandilla actual cumple con la normativa vigente, el gobierno local apostó desde el primer momento por un diseño más seguro con el fin de evitar riesgos innecesarios. El cambio de toda la infraestructura será cuestión de días.