La fiscal ve improcedente el despido de Longueira

Xosé Vázquez Gago
Xosé V. Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

La concejala de Cultura dijo que se amplió el presupuesto de la Luis Seoane por si hay que indemnizar a la socialista

23 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Si el juez comparte las conclusiones de la fiscal, Silvia Longueira fue despedida de la dirección de la Fundación Luis Seoane de forma improcedente y la entidad deberá indemnizarla. Es más, los motivos expuestos en la carta que se envió a la denunciante «no se sostienen» y el despido por causas disciplinarias «no procedía». Pero la Fiscalía tampoco apoyará la petición de nulidad, lo que obligaría a su readmisión, ya que los trabajadores de la entidad que declararon como testigos coincidieron en que había «improvisación», «atropello» o que la institución estaba «decaída».

Pero la vista no fue sobre un simple despido. Longueira es concejala del PSOE y entre los llamados a declarar estaba Ana Fernández, edila del PP responsable de Cultura. La primera entiende que perdió su trabajo por su militancia política, mientras que la segunda lo atribuye a cuestiones profesionales.

Longueira sostiene además que se le causó un «daño moral» por el que pide 30.000 euros de indemnización. Esos daños habrían sido causados en parte a través de una dura carta de despido que afirmaba que incumplía su horario de trabajo, que habían desaparecido obras de la entidad o que no inició los planes para abrir la biblioteca.

Esas acusaciones, en opinión de la Fiscalía, dejaron de sostenerse durante las comparecencias de testigos. Resultó, por ejemplo, que las seis obras «desaparecidas» nunca habían llegado a entrar en la fundación.

En su declaración, la socialista se mostró «orgullosa» de su trabajo, lamentó que el PP recortase los fondos en un 40 % y que encontró «injerencias» en su trabajo, como tener que enviar todos los anuncios de cursos y actividades «por el gabinete de prensa del Ayuntamiento» antes de que se hicieran públicos.

Para reforzar sus argumentos, la edila presentó las grabaciones de tres charlas que mantuvo en los días previos al pasado 29 de octubre, cuando se aprobó su despido en una reunión del patronato. Una de ellas con Ana Fernández y otras con los patronos Xosé Díaz y Manuel Gallego Jorreto, indignado por lo que calificó de «violación».

En esas conversaciones, Díaz le dijo «ti te metiche na política», y enmarcaba el despido en el eterno conflicto PSOE-PP, además de asegurar que él era el más «jodido» por la situación, pero que tenían que «pasar por el aro» porque la entidad depende económicamente del Ayuntamiento. En su declaración, aseguró que dijo todo eso por «deferencia» con Longueira, para no decirle «que era inepta».

También tuvo problemas en su declaración Ana Fernández. Aseguró que «había artistas que dijeron que no podían hablar con ella (Longueira)», pero rechazó desvelar sus nombres diciendo que no tenía permiso, incluso cuando el juez insistió.

La edila aseguró que no sabe quién escribió la carta de despido. La contradijo después Xosé Díaz, que contestó que la habían redactado juntos, aunque de inmediato dijo «recordar» que él hizo un borrador y se corrigió.

Fernández reconoció además que, después de recortar los fondos municipales para la fundación en un 40 % en el 2012 y el 2013, los aumentaron en 130.000 euros tras el despido de Longueira para dar un «nuevo aire» a la entidad, y como «depósito» por si hay que indemnizarla.

En su declaración, el arquitecto Gallego Jorreto, aún molesto por la grabación en la que de forma coloquial se refiere a Fernández como «la gorda», explicó que al principio se negó «a participar en una acción (el despido), que entendí era de carácter político», pero luego advirtió la «gestión deficiente» de Longueira. Explicó que abstuvo en la votación del patronato para aprobar su cese porque «no estaba de acuerdo con ninguna de las partes», y reiteró la versión dada por Xosé Díaz y Pedro Vasco, el otro patrono compareciente, de que se reunieron con Ramón Villares y los cuatro decidieron proponer el despido. Si fue una decisión correcta o no, se sabrá en la sentencia.