Acusan a un joven de amenazar de muerte y robar a sus padres

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El fiscal pide para este vecino de Cambre una condena de 7 años de cárcel

12 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los padres le habían dado otra oportunidad. Volvieron a abrirle las puertas de casa y las de la empresa familiar. No les importó lo que les había hecho a ellos y a su pareja, perdonándole dos condenas por violencia de género, una por maltrato familiar y una quinta por lesiones. El joven, que tenía 30 años en el 2012, no tenía entonces ni techo ni trabajo. Ni el apoyo de sus padres, que llevaban tiempo sin hablarle. Pero al verlo desvalido lo acogieron de nuevo en casa y le dieron trabajo. A los pocos días, ya volvió a las andadas. Se quedó con dinero de la empresa y comenzó a amenazar a sus padres de muerte si no le daban más. Hasta que sus padres denunciaron. En dos semanas, el joven ocupará el banquillo de los acusados. Enfrente tendrá al fiscal, que le imputa dos delitos de amenazas graves y uno de maltrato psíquico habitual en el ámbito familiar, por los que pide que sea condenado a 7 años de prisión. Por el momento, ya tiene una orden de alejamiento de sus padres.

Estos hechos se remontan a principios del 2012, cuando el procesado regresó de nuevo a casa con las orejas gachas. Pero pronto volvió a ser el de siempre. Relata la acusación pública en su escrito de calificación que la convivencia «resultó insostenible» al poco tiempo. Los padres le reprochaban que consumiera drogas y que se gastase los pagos que le entregaban los clientes de la empresa. Cuando le decían eso, les respondía con agresividad. Sobre todo a su padre, al que decía que lo iba a «matar», que le iba a «romper la cabeza» y a «degollar».

Así, en la mañana del 17 de marzo del 2012 la madre del procesado le dijo que la situación no podía continuar así y le pidió que se fuera de casa, a lo que el joven contestó que la culpa de todo la tenía su padre, «que lo iba a vigilar por todas las esquinas» y que por eso se iba a la nave a matarlo. La madre, al escuchar eso, alertó a su marido. A los pocos minutos, el acusado se presentó en la empresa. Su padre no le abrió. Así que se puso a patear la puerta y a mirar desafiante la cámara de seguridad. Cuando llegó la Guardia Civil, él ya se había ido.

Cinco días después, según el escrito de calificación del Ministerio Fiscal, regresó de nuevo a la nave, donde se encontraba su madre. Le pidió dinero y como ella se lo negó, empezó con las amenazas. Le juró que le iba a plantar fuego a todo y a matar a su padre. Hasta que la mujer, en un descuido, pudo echarlo fuera; si bien el joven comenzó a patear de nuevo la puerta. Ese mismo día, por la noche, regresó a exigir dinero. De nuevo volvieron las amenazas y ahí sí que los padres acudieron a denunciarlo.