Vecinos del núcleo cullerdense de As Naveiras sufren inundaciones en sus casas por la deficiente captación de pluviales en la tercera ronda
28 ene 2014 . Actualizado a las 09:41 h.Una bomba de achique trabaja a pleno rendimiento desde mediados de diciembre en el bajo de la casa de Ismael Cancelo, un vecino del lugar de As Naveiras, en la parroquia cullerdense de Sésamo, al que la tercera ronda hay noches que le quita el sueño. «Non podes durmir tranquilo, porque, se se me vai a luz pola noite e para a bomba, inúndaseme o baixo», relata.
Aun así, este invierno no ha sido para As Naveiras ni la sombra del pasado y, de hecho, ni siquiera la lluvia es la misma desde que hace tres años se inauguró la tercera ronda y el agua pluvial comenzó a bajar por la ladera del monte convertida en regato hasta llegar a las viviendas de este núcleo. «En corenta anos que levo aquí nunca se me inundara o baixo, e o ano pasado pasoume dúas veces», contaba ayer el padre de Ismael, Manuel Cancelo, cuya vivienda está junto a la de su hijo.
El problema es común, en mayor o menor grado, a todas las viviendas de esta población, situada a cien metros de la autovía, y conocido por la Xunta y el Concello de Culleredo, quien ya auguró que la deficiencias en las cunetas y en la captación de pluviales causarían filtraciones e inundaciones en las viviendas próximas a la tercera ronda.
Fue al gobierno municipal a donde acudió a reclamar Ismael Cancelo, quien considera que también esta Administración tiene responsabilidad aunque la tercera ronda sea una obra del Ministerio de Fomento. «Quen se ten que preocupar dos meus problemas é o Concello de Culleredo, non outro. E o Concello non fixo nada», relata este vecino, quien explica que el agua que él achica y sale hacia su jardín sigue bajando luego hacia otras viviendas, como la de su prima, y las tierras continúan encharcadas días después de que cese la lluvia.
«Eu non vou descansar, como se teño que ir a Bruxelas. Gastarei o que teña pero non o vou deixar así», insiste Campelo, a quien mantener su vivienda libre de agua le está suponiendo también un importante coste económico.
En su vivienda dispone de dos bombas de achique. La primera la instaló por precaución cuando se mudó hace cinco años a la casa que hoy ocupa; la segunda, por necesidad, cuando comenzó a sufrir las consecuencias de la tercera ronda. «O ano pasado, que choveu tanto, queimóuseme unha. A outra soa non deu feito e se me inundou o baixo unha cuarta», recuerda. «Agora leva un mes funcionando seguido e son case 1.000 quilovatios ao mes cando unha casa normal pode consumir 500. Así que calcula...», añade este vecino.