La aparición de óxido prolonga las obras de la iglesia de Vilaboa

María Vidal Míguez
maría vidal CULLEREDO / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Los trabajos en el torreón dejaron al descubierto otras deficiencias

06 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los trabajos de mejora que comenzaron a principios de año en la iglesia de Vilaboa pusieron de manifiesto la necesidad de abordar obras de mayor calado, por ello la empresa que se encargó de las primeras actuaciones, Reni, puso la situación en conocimiento del Arzobispado de Santiago, que encargó un informe a una empresa especializada para valorar el estado del edificio. Esta revisión «profunda» destapó que parte que algunas zonas estructurales de la fachada estaban afectadas por la corrosión del óxido. «Hay zonas que presentan esta patología, sobre todo la cara oeste, que está más expuesta a las condiciones climatológicas como el viento, y esto provocó la corrosión en la armadura, que es de hormigón armado. Es algo muy habitual en este tipo de edificios que tienen alrededor de 50 años», explicó José Gil, de Reni.

Estos daños, que Gil aconseja que hay que reparar de forma urgente por precaución, se producen por un cúmulo de factores, y en algunos puntos han reducido el grosor de la estructura en varios centímetros. «Se puede arreglar, se hace un recubrimiento y hoy en día hay grandes productos que ofrecen mejoras importantes durante un plazo de entre 12 y 15 años», explica Gil.

En un primer momento repararon aquellos desperfectos que eran visibles a pie de calle, y que estaban incluidos en un informe previo del arquitecto, como desconchados en la cornisa y en las esquinas. Estas obras que se prolongaron durante tres meses, desde febrero hasta mayo, y se centraron prácticamente en el torreón. Sin embargo, dado que ya se habían instalado los andamios, se procedió a realizar una inspección in situ de toda la iglesia. La elaboración del documento, que se ha demorado algunos meses, es un proceso que lleva su tiempo de ahí que los vecinos, e incluso el párroco, piensen que los trabajos están parados desde hace seis meses. «Hace seis meses que están paradas. A principios de año limpiaron el cemento de la torre del campanario pero desde entonces están haciendo un estudio, pero no avanzan», señaló el párroco, Celestino López.

Algo que desmiente Gil. «No se han hecho labores de campo, pero se ha estado trabajando mucho para elaborar este documento. Hay que tener en cuenta que el hecho de que no hubiera ningún texto sobre el edificio ha retrasado la elaboración de este informe. Hasta ahora no hay constancia de las actuaciones o reparaciones que se han realizado hasta la fecha». Gil destaca de las obras de mejora que «fue la primera vez que teníamos contacto, por lo tanto el esfuerzo fue mayor, pero a partir de ahora será todo más sencillo». Asegura que, además de corregir las patologías que presenta el edificio, se aprovechará que se han colocado los medios para retocar los acabados e incidir en aspectos ornamentales.

Definir las actuaciones

El documento que recoge las conclusiones de estas exploraciones ya está listo, la empresa Reni, que ha tenido acceso al mismo, señala que en líneas generales está de acuerdo con el informe y está a la espera de recibir instrucciones del Arzobispado, propietario del edificio, para que defina las actuaciones a realizar, y proceder con los trabajos que confía en que se retomen «en breve», aunque no existen plazos de momento.