Y Picasso prometió dejar de pintar

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Descubren que el artista pintó una tabla la noche de la muerte de su hermana Conchita

18 oct 2013 . Actualizado a las 18:33 h.

P. Ruiz. Jueves 10 --95/ Coruña. Es el texto escrito en la parte de atrás de una tabla que se encuentra en el Museo Picasso de Barcelona. «Entre sus muchas sombras, este cuadro arroja un chorro de luz sobre un secreto. No es un Grupo de niños. No es un Bautizo. No es una Sacristía», los tres títulos que hasta la fecha ha recibido esta obra. Lo revelaban ayer Elena Pardo y Rubén Ventureira, tras una investigación de seis años, en su ponencia en el curso de la UIMP dedicado a la etapa coruñesa del artista que se está celebrando en el Museo de Belas Artes. Antón Castro, director del curso, presentaba a los autores de la ponencia titulada Nuevos apuntes sobre el Picasso coruñés como «los guardianes de la memoria de Picasso en A Coruña» y continuadores del trabajo que hace años había iniciado Ángel Padín.

En una intervención minuciosamente documentada, estos dos especialistas destacaron que el 95 final de dicho texto «es el que sirve de base al Museu Picasso para datar la obra en 1895. Pero en lo que nadie ha reparado hasta ahora es que en todo ese año solo hubo un jueves que cayese en día 10. Fue el 10 de enero de 1895. Es el día en que murió su hermana, y de paso, el día en que Dios libera a Picasso para pintar».

Y es que el entonces jovencísimo artista ante la enfermedad de su hermana «hace un pacto con Dios» y le ofrece «el máximo sacrificio que puede imaginar: renunciar a la pintura. Si Conchita se salva, él dejará de pintar», indicaron Pardo y Ventureira. El pacto dio lugar a un cierto debate al final de la ponencia, terciando desde el público el escritor Carlos González Reigosa para apuntar que más que de un pacto habría que hablar de una promesa.

Lo cierto es que esa disposición a dejar la pintura para salvar la vida de su hermana fue algo que el artista «se lo contó a Françoise Gilot (lo recoge Arianna Stassinopoulos) y a Jacqueline Roque (Richardson)», explicaron los ponentes. También mostraron un buen número de dibujos y obras del joven artista vinculadas con la muerte y la enfermedad, en algunas de ellas con jóvenes.

Biografía pintada

En palabras de Picasso: «Yo pinto exactamente igual que otras personas escriben su autobiografía. Mis telas, acabadas o no, son páginas de mi diario, y como tales son válidas. El futuro escogerá las páginas que prefiera».

Los ponentes explicaron asimismo todo el proceso que llevó al médico Pérez Costales, amigo de la familia Picasso, a pedir el suero de Behring para combatir la difteria. El 8 de enero de 1895 el doctor es llamado para atender a la hermana de Picasso a la que le diagnostica difteria. La niña muere dos días más tarde. Y a partir de ahí, los ponentes hicieron un relato pormenorizado de lo ocurrido aquel día, con el fallecimiento, a las cinco de la tarde, y el entierro por la noche. Y es que debido a que era una enfermedad contagiosa actuó la brigada sanitaria municipal que se encarga de la desinfección y «traslada el cadáver al cementerio municipal», hoy San Amaro, y «a un punto concreto del camposanto: el anfiteatro».

Sostienen estos investigadores que la pequeña tabla bautizada hasta ahora con tres nombres diferentes, en realidad es el rezo de un responso por Conchita, que tendría lugar en la capilla de San Amaro. Por ello, fueron detallando cada uno de los personajes que aparecería el capellán del cementerio, Antonio Budiño, los padres de Conchita y un monaguillo. Citando a dos sacerdotes, Carlos García Cortés y José María Fuciños, explicaron que no era un bautismo, ni un funeral sino un responso.

Pardo y Ventureira destacaron varias declaraciones de Picasso sobre la datación de sus obras: «Quiero dejar a la posteridad una documentación lo más completa posible. Por eso fecho todo lo que hago». Por ello, sostienen que tras volver del entierro de su hermana pintó este óleo en el que «el acabado es tan torpe porque probablemente pintase sin apenas luz». Lo hizo liberado de aquella promesa y con una obra que conservó en su poder hasta su muerte en 1973.