Una calle para el librero Molist

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

A CORUÑA

Ana Prado

21 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La Federación de Libreiros de Galicia está remitiendo a sus asociados una carta en la que solicitan el apoyo para conseguir que el legendario Enrique Molist figure en el callejero coruñés. «La idea fue de mi madre, Mercedes Muñoz Sola, y a partir de ahí, hace veinte días, empezamos a mover el tema. Estamos recabando firmas de escritores, periodistas, gente de la cultura, de las letras, del arte, de los libros...», comenta Mercedes Molist, la hija del librero fallecido el 2 de noviembre, hace unos 8 meses. Las firmas y los apoyos serán remitidos al Ayuntamiento que tendrá la última palabra.

El legendario Victoria

Es uno de esos equipos de siempre de A Coruña. Este año se cumplen, precisamente, setenta años desde su fundación en el barrio de Santa Lucía. Les hablo del Victoria porque el ex integrante del equipo Daniel Iglesias, que en la actualidad juega en la liga profesional italiana de fútbol sala, decidió promover un encuentro de los que fueron compañeros de vestuarios hace dos décadas. La cita fue en el hotel Attica 21 y acudieron jugadores y entrenadores como Daniel Pizarro o Carlos Mondelo. La xuntanza fue una victoria.

El recortable pionero

El domingo pasado les hablaba en esta sección de la maqueta de papel de la Torre que acaban de lanzar al mercado una pareja de emprendedores. En la información comenté que era el primer recortable sobre el faro cuando en realidad existe uno anterior, en concreto de 1982, hace 31 años. «Se hicieron 10.000 ejemplares y los distribuyó el departamento de relaciones públicas del Ayuntamiento», recuerda Ramón Patiño Martínez, que entonces era un chaval, que se encargó del dibujo del trabajo que realizó su padre, Ramón Patiño Lens. Este recortable pionero conserva un encanto especial, de coleccionista, y sorprende su vigencia tantos años después teniendo en cuenta los medios que había entonces.

Mallorca en Gandarío

Es uno de esos locales por los que pasé por delante cantidad de veces pero reconozco que nunca paré. Me refiero al bar Mallorca, en Gandarío, al lado del cruce que va a la playa. Siempre supuse que fue fundado por un mallorquín o por un gallego que estuvo de emigrante en las Baleares, pero el actual propietario Julio Vázquez, que no tiene nada que ver con el Mediterráneo, me cuenta el motivo del nombre. «El primer propietario, Luis García, que todavía vive, hizo la mili en Mallorca y la vuelta le prometió a su pareja que la iba a llevar de luna de miel. No la llevó y le puso el nombre al local», relata Julio. Pues este humilde bar en el que preparan platos combinados, raciones o pollos asados cumplió el jueves medio siglo de vida hostelera. «Vamos aguantando el temporal, que en estos tiempos que corren... No pensamos organizar nada especial por los 50 años porque estamos en plena temporada y hay bastante chollo», comenta Julio desde este bar, en el que también trabaja su mujer, Carmen Lago.