Aurelia Rey ya tiene su nuevo piso de Eirís en A Coruña

María Vidal Míguez
María Vidal A CORUÑA

A CORUÑA

Aurelia Rey, junto a su abogado, muestra orgullosa las llaves de su nuevo piso.
Aurelia Rey, junto a su abogado, muestra orgullosa las llaves de su nuevo piso. CESAR QUIAN

La octogenaria pasó ayer su primera noche en la calle Lamadosa. «Este é un luxo, o outro era un rocho», señaló tras conocer el interior de la nueva vivienda

03 may 2013 . Actualizado a las 14:12 h.

«Este é un luxo, o outro era un rocho. Este é un piso como o da xente, ¡Mira cómo está todo!». Estas fueron las primeras palabras de Aurelia Rey tras poner un pie en el que será nuevo hogar. Pasadas las once de la mañana llegó al edificio de la Xunta en Monelos dispuesta a firmar el contrato de la que desde ayer es su nueva vivienda, un sexto piso con vistas a la ría situada en la calle Lamadosa, en Eirís, a donde se dirigió inmediatamente después y donde nada más llegar al portal ya conoció a algunos de sus nuevos vecinos.

No pudo entrar con mejor pie. Le gustó desde el primer momento. Aurelia se mostró encantada con el piso, de dos habitaciones, salón, dos baños, cocina y cuarto de la lavadora, y solamente puso una pega: el tendal. «No, no a mí me gustan una barritas fuera para colgar la ropa, dentro no seca igual», decía ella mientras trataban de convencerla para poner un tendal en el cuarto del pilón dado que la normativa actual no permite la instalación de tendederos en el exterior de las fachadas. Tan contenta estaba que ya divagaba sobre la organización. «Primeiro hai que saber onde colocar a miña cama e o comedor, e logo onde poña a outra cama pequena xa poñerei a máquina de coser. Está impecable, non hai nada mais que facer só pasar un trapiño para sacar o polvo», decía Aurelia Rey, a la vez que confesaba: «O mellor é ter onde meterse».

Y con las llaves, y mando del garaje en el bolsillo, que también se lo entregaron, comenzó la mudanza. Desde primera hora de la mañana miembros de la Plataforma de Stop Desahucios, que han permanecido a su lado durante todos estos meses, habían comenzado a bajar al portal de Padre Feijoo los enseres de Aurelia Rey, principalmente ropa y algunos muebles, y poco antes del mediodía se pusieron manos a la obra. A las siete de la tarde, Aurelia ya tenía todos sus bártulos en su nueva casa, y el noveno piso de Padre Feijoo había pasado a la historia. Aunque a lo largo del día, se barajó la posibilidad de que todavía no pudiera dormir en su nueva residencia, finalmente sus allegados movieron cielo y tierra para dar de alta los suministros, y conseguir, como así fue, que la de ayer fuera la primera noche de Aurelia como vecina de Eirís.

Solo restaba pues hacer entrega de las llaves del piso de Padre Feijoo a los antiguos propietarios, algo que estaba previsto que sucediera entre los abogados de ambas partes a última hora de la tarde de ayer. Precisamente el abogado de Aurelia Rey, Antonio Vázquez, se mostró muy satisfecho con el acuerdo logrado tras firmar el contrato. «Teníamos una sentencia de desahucio que se estaba ejecutando, esa ejecución de forzosa que si se hubiera llevado a cabo supondría que el 18 de febrero Aurelia tendría que estar en la calle, lo hemos cambiado por un plazo de tiempo razonable para conseguir una vivienda, y así ha sido».

Con la entrega de las llaves se pone fin al caso Aurelia Rey, que reflexionaba sobre el proceso. «Fueron unos meses duros, pero yo no hago caso, vale más la vida que todo esto».

Aurelia Rey y su historia tuvieron una gran repercusión mediática después de que la presión ciudadana, liderada por el colectivo Stop Desahucios, lograse paralizar hasta en dos ocasiones el desahucio de la anciana. El desahucio estaba amparado por la ley, ya que la mujer se retrasó en dos ocasiones en el pago del alquiler. El lunes 18 de febrero, cientos de personas se concentraron ante el portal del Aurelia Rey para tratar de impedir que la comisión judicial le entregase la orden de desahucio. Incluso llegó a haber varios incidentes entre la policía y varias personas entre ellas concejales de la oposición del Ayuntamiento de A Coruña.

Una de las imágenes que se hizo más célebre fue cuando uno de los bomberos de A Coruña se negó a intervenir en el desahucio. La policía movilizó a los bomberos para que cortasen la cadena que habían puesto en el portal para poder entrar. La acción de uno de los bomberos, que se negó actuar y levantó en alto uno de los folletos de Stop Desahucios, provocó una oleada de solidaridad con su gesto. En la plataforma ciudadana Change.es se recogieron firmas para que no se tomasen medidas contra él y tras su negativa, bomberos de los parques de toda España anunciaron que no actuarían en casos de desahucios.

Finalmente, Aurelia Rey y sus caseros alcanzaron un acuerdo de prórroga para que la anciana pudiese permanecer en su vivienda dos meses más mientras que le buscaban un hogar. La anciana aceptó una vivienda de alquiler social en Eirís, lugar al que está previsto que se traslade en breve.