Tras la limpieza, los técnicos elaborarán un diagnóstico sobre los restos
28 mar 2013 . Actualizado a las 07:05 h.Entre chaparrón y chaparrón, el personal de la empresa Argos ultimaba en la mañana de ayer el desbroce de la torre de Valparaíso, en lo alto de Eirís. David Fernández, responsable de dicha firma, y el arqueólogo municipal, Marco Antonio Rivas, supervisaban un trabajo que deja al descubierto «unha casa grande que tiña dous escudos, pero que non se sabe onde están». Pero bajo dicha casa, los arqueólogos esperan encontrar «os restos da fortificación que se fixo en 1636, o forte de Valparaíso». De todos modos, una vez acaba la limpieza «poderemos facer unha diagnose de cómo están os restos», algo que hasta el momento era imposible.
Esta intervención, que comenzó el pasado lunes, forma parte del plan de mejora en varios yacimientos arqueológicos de la ciudad que presentaba la semana pasada el concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado. Además de la torre de Valparaíso, las intervenciones, con un presupuesto de 100.000 euros, incluirán la batería de Oza, «é a mellor conservada», que junto con el fuerte de Eirís y el desaparecido castillo de San Diego constituían un sistema defensivo de la ciudad ante el temor a una invasión francesa.
Sobre la torre de Valparaíso, los expertos apuntaban desde aspectos históricos, como que cuando dejó de construirse, en 1655, «a pedra levouse para Porta Real», hasta las numerosas posibilidades turísticas que ofrece «tendo en conta que nos barcos ven xente de Francia que está vencellada a historia destas defensas». También destacaban que esta intervención municipal es una labor multidisciplinar en la que intervienen los arqueólogos que llevarán a cabo las excavaciones, los expertos en musealización, para definir cómo se expondrán los mismos «e o arquitecto que terá que facer o acondicionamento destes espazos».